Por Marcos Calligaris
Ubicado al noroeste de la Ciudad de Córdoba se encuentra el Parque San Martín, un espacio único por la fauna y flora que protege. Allí se combinan ambientes de la provincia biogeográfica del Chaco Serrano y del Espinal, ya prácticamente inexistente en todo el territorio provincial.
En 2008 sonó la alarma para el parque: la información daba cuenta de un proyecto que planificaba la construcción de un puente que partiría la reserva en cuatro partes, poniendo de este modo en peligro la supervivencia de la riquísima flora y fauna de la reserva natural, convirtiéndola en un transitado nudo vial.
Alertados por esta situación un grupo de vecinos de la zona decidió adoptar una posición firme en defensa de la reserva. “Nosotros nos opusimos, armamos un blog, convocamos a especialistas de la Universidad Nacional de Córdoba, a gente de Greenpeace, a la Fundación Vida Silvestre para defender la reserva”, comenta Fernando Faraco, vecino integrante de la agrupación ‘Por la Reserva San Martín’.
Para revertir este proceso, los vecinos de los barrios aledaños comenzaron a sumar día a día adhesiones de instituciones y de ciudadanos cordobeses interesados en defender el último reducto de ambiente nativo que queda en la ciudad. Los objetivos de este grupo de vecinos son claros, además de conservar el bosque nativo, albergar especies animales y vegetales, ofrecer oportunidades de educación ambiental, recreación, turismo e investigación.
Sin embargo no fue fácil obtener una respuesta por parte de quienes deciden el destino de la ciudad. “Primero mandamos un pedido de audiencia al Secretario de Ambiente de la Municipalidad, Fernando Cámara y al secretario de Desarrollo Urbano, Daniel Rey. Nunca nos respondieron”, recuerda Faraco.
Fue la concejal Graciela Villata, también vecina de la zona, quien un día se llegó hasta la plaza donde se reúne el grupo de vecinos y partir de ese momento los argumentos en defensa de la reserva comenzaron a ser escuchados con más fuerza. “A partir de la aparición de Graciela nos sentimos muy apoyados”, sostiene Faraco y agrega: “ella nos convocó al Concejo Deliberante donde nos recibieron todos los ediles”.
Una petición simple y fundamental
“Nuestro pedido fue puntualmente que no se destruyera el último bosque que queda en la ciudad de Córdoba”, recuerda Fernando Faraco, y su reclamo apunta también a crear consciencia en la ciudadanía sobre la importancia de cuidar un espacio que representa el 0,3 % del ejido municipal cordobés, en el que habitan más de 80 especies vegetales y 130 especies de aves.
“Nosotros no venimos de un lugar ecologista o ambientalista en absoluto, en el grupo hay un abogado, una contadora, una geóloga, un analista de sistema. Somos gente que nos hemos sentido tocados por el significado del Parque San Martín para la ciudad como último pulmón verde”, aclara Faraco.
Finalmente varios meses después de comenzar a golpear puertas, los vecinos del Parque San Martín, escucharon lo que deseaban escuchar: el pasado 13 de julio, el Secretario de Obras Públicas declaró que no se va a hacer el puente, que no se va a cortar la reserva en cuatro. Asimismo, el Secretario de Ambiente prometió que iban a ubicar diez guardaparques y un móvil en el parque para que se puedan desplazar. “De esto último no cumplieron absolutamente nada”, puntualiza Faraco.
Igualmente, los vecinos sienten que lograron parte de su objetivo que era impedir la división del parque. “Estamos sumamente satisfechos porque hemos tenido muchas adhesiones, tenemos mucha gente que nos acompaña, nos apoya y para nosotros esta tarea es fundamental pensando en el futuro,” afirma Fernando Faraco, quien junto a los demás vecinos se ocupa sábado tras sábado de asistir a la reserva, plantar algarrobos, limpiar y hasta persuadir personalmente a conductores de motos y cuadriciclos para que no circulen por el lugar, algo que está prohibido por la Ordenanza Municipal 9.655, que fija los criterios de manejo del Parque.
A pesar de este pequeño gran logro, los integrantes de ‘Por la Reserva San Martín’ no quieren que tanto esfuerzo quede en el abandono del parque y pugnan por una legislación segura y específica que proteja el espacio verde: los vecinos presentaron recientemente en el Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza para declarar y categorizar al Parque San Martín como “Reserva Natural Urbana”. Fernando Faraco explica: “le habíamos pedido al Ejecutivo que hiciera un proyecto, pero dieron muchas vueltas y no nos convencía, entonces nos pusimos a trabajar y logramos un proyecto muy interesante que ahora lo tiene el Concejo para debatirlo”. En ese cometido están puestas todas las expectativas de los vecinos del noroeste capitalino.
¿Central Park cordobés?
No siempre las comparaciones son tan odiosas. A veces pueden resultar un parámetro para marcar un rumbo, despertar la consciencia y fomentar la proyección en base a la experiencia de otros.
El Central Park de la ciudad de Nueva York es uno de los parques más grandes del mundo. Con sus 341 hectáreas de hierba y lagunas, representa el espacio más vasto y verde de Manhattan. Posee una de las últimas arboledas de olmos americanos del nordeste de los Estados Unidos y alberga un total de 250.000 árboles. Con respecto a su fauna, lo habitan cerca de 300 especies de animales, entre ellas ardillas, pájaros, peces, conejos, tortugas y ranas. Asimismo 42 especies de aves han sido identificadas en este enclave del corazón neoyorquino.
En Córdoba capital, el Parque San Martín con sus 176 hectáreas posee la mitad de la dimensión del Centra Park, pero se encuentra ubicado en una ciudad de 1.309.536 habitantes, contra los más de 8 millones de personas que tiene que “abastecer” el parque neoyorquino, sin contar el área metropolitana de Nueva York, la cual ronda los 20 millones de habitantes.
En orden de dimensionar el tamaño de la reserva cordobesa, también cabe destacar que el Parque San Martín posee más de tres veces el tamaño de la Ciudad del Vaticano y apenas siete hectáreas menos que el Principado de Mónaco, donde habitan alrededor de 40.000 personas.
Otra importante diferencia con el Central Park es su origen. Si bien el parque norteamericano -cuyo valor inmobiliario se estima en unos 528.783.552.000 dólares-, impresiona con su biodiversidad, el mismo fue creado por la mano del hombre. Estuvieron a cargo de su diseño los arquitectos Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux. Córdoba en tanto, posee un parque con características similares, pero totalmente natural, un bosque en plena urbe, algo quizás inédito en las grandes ciudades del mundo.
“Es interesante ver en un país cien por cien capitalista y consumista como Estados Unidos, un país que busca las formas de inversiones, la manera en que han cuidado ese pulmón en el centro de Nueva York, el modo en que se frenan las construcciones. Nosotros estamos totalmente a favor de las construcciones, lo que no queremos es que se toque ese pulmón, es una inversión a futuro”, concluye Faraco.
Preservar el Parque San Martín constituye efectivamente para Córdoba una inversión a futuro, una de las más importantes si de hablar de planificación urbana se trata, pero fundamentalmente es una inversión para la calidad de vida de las generaciones venideras.