Entrevista a Marcelo Milanesio
Por Marcos Calligaris

Marcelo Milanesio comienza afirmando que todavía está haciendo el luto del básquetbol.
¿Cómo no va a costarle despegarse de una pasión a la que se entregó como pocos y que lo coronó como uno de los deportistas argentinos más importantes de los últimos tiempos?

Poco sencillo debe resultar alejarse de aquella pasión que su padre le acercó en su Hernando natal y que luego terminaría convirtiéndolo en un hombre record.

Milanesio ostenta muchas de las marcas a las que un deportista puede aspirar, desde múltiples títulos nacionales e internacionales hasta un Olimpia de Oro; desde jugar en el mítico Madison Square Garden, hasta el hito de enfrentar a dos de los mejores jugadores de todos los tiempos, Michael Jordan y Magic Johnson. Además se convirtió en referente indiscutido de los jugadores que hoy brillan en la NBA y en las principales ligas de Europa. Sin embargo, el título que mejor le sienta es probablemente el que le concedió el público: ser uno de los cordobeses más queridos.

El histórico “9” de Atenas de Córdoba se encuentra alejado de su hábitat natural, hoy la vida lo lleva por diferentes actividades, antes desconocidas para él,  pero él no descarta volver de alguna manera.

Con 44 años, padre de dos nenas, el ex jugador nos cuenta cómo transcurre su presente.

¿Cómo te encontrás a 7 años del retiro?

Hoy mi vida es distinta a lo que tenía pensado. Siempre pensé que terminaba mi carrera como jugador y me dedicaba a ser entrenador de básquet. Igualmente estoy haciendo otras cosas que no estaban en los planes pero me está yendo muy bien. He conocido gente que me ha ayudado muchísimo y me da dado la posibilidad de desarrollarme fuera de lo que es lo mío.

¿Viviste como una gran crisis el hecho de tener que abandonar lo que más te gustaba hacer?

Sí, todavía hoy me agarran ganas de jugar, de tener menos años para seguir compitiendo, pero lamentablemente no se puede. En este deporte la carrera es corta. Se extraña mucho.

¿Se te cruzó la idea de volver?

Siempre fui esclavo de mis palabras. Había disfrutado muchísimo con el básquet y pienso que me retiré bastante bien. Hoy pienso que podría haber jugado un par de años más, pero no sé a qué nivel. La decisión la tomé y ya está.

¿Te sentís alejado del ambiente?

Sí, obviamente. Hice algunos campus y un par de clínicas de básquet, pero estoy bastante alejado. Sí sigo al básquet de otra manera, veo todos los partidos de la NBA, de la Liga Nacional, veo a Atenas… Pero básquet es la materia que estudié y hoy no estoy ejerciendo; es como que me recibí de abogado y estoy trabajando de taxista.

¿Estás esperando el momento de volver al ambiente de alguna manera?

Nunca lo descarto. Hoy me siento alejado, pero en algún momento puedo dar un paso al costado y volver a la actividad.

¿Como sería el retorno al básquet?

En lo que me siento más capaz es en el trabajo individual con los jugadores. El paso que se suele dar después de ser jugador es ser entrenador pero todavía no me veo, no sé cómo me iría.

 

¿Te llamaron para dirigir?

Una par de veces y dije que no. Creo que no es mi momento, pero no quiere decir que algún día no lo haga.

Una nueva vida

Para Marcelo, dejar el básquetbol fue terminar una etapa y comenzar otra totalmente desconocida. Nuevas amistades, nuevo trabajo, nuevos proyectos, fueron moldeando un presente que hoy lo tiene alejado del mundo de básquet. Pero no descarta volver.

¿Cuáles son tus actividades comerciales?

Vendo seguros, hemos hecho barrios, tengo un restaurante. Más que nada, yo acompaño a un grupo de amigos, ellos son los que están capacitados y me han dado una gran mano.

¿Desarrollás otras actividades deportivas? Se comenta que te va muy bien al golf…

Sí, hago golf. Me gusta, me ha dado amigos y es muy placentero jugarlo, pero es sólo un hobbie.

 

¿Te han ofrecido algún cargo político?

Si muchas veces pero siempre dije que no. En mi casa casi nunca se hablaba de política, y luego yo no fui una persona interesada en leer sobre política. Del diario siempre leo la parte de deportes. Igual no descarto que algún día me interese más, pero por ahora no.

Sin ir tan lejos, ¿lo imaginabas al Pichi Campana vicegobernador?

No, para nada. Yo me lo imaginaba ligado al deporte. Nos sentíamos muy identificados en la forma de pensar con respecto al deporte, pero no recuerdo haber hablado nunca de política con él.

Al ser un referente para los cordobeses, ¿te sentís presionado para volver a destacarte aunque sea desde ámbito?

A veces me dicen “volvé Marcelo”, pero creo que es una forma de expresar cariño.

¿Notás diferencias entre las amistades post-retiro y las anteriores?

La diferencia es que a ninguno le interesa hablar de básquet y te sentís un poco pintado por ahí. (Risas) Les he dicho a mis amigos, que debo ser la persona que estuvo en más cantidad de reuniones sin poder meter un bocadillo, estuve en reuniones de 4 ó 5 horas en las que no pude decir ni hola… para qué voy a opinar si no entiendo.

¿Pudiste hacer una diferencia económica importante?

Hice una diferencia porque fui muy conservador en mi vida. Pero no es una diferencia que ahora me permita quedarme a dormir sin trabajar, como la que hacen ahora muchos jugadores en un solo año. Yo no gané en toda mi carrera lo que gana un jugador NBA en medio año.

Tuve una oferta muy importante al final de mi carrera, cuando me ofrecían más de 1 millón de dólares desde el Benetton Treviso, de Italia y la dejé pasar, me tomó de sorpresa. Creo que si esa oferta hubiera sido hoy, capaz que la tomo, pero ya fue.

Un pasado de película

El papá de Marcelo era jugador y técnico, un fanático del básquet. “Para él debe haber sido algo bárbaro que sus dos hijos jugaran al deporte que era su pasión”, asegura. Fue así como con Mario, su hermano, comenzaron a jugar en Hernando y pronto arribarían a la capital cordobesa. 

 

¿Cómo recalaste en Atenas?

Llegué a Atenas por mi hermano, fue a él a quien buscaron. En esa época nos quería Juniors a los dos y  mi papá Juniors quería que juguemos ahí.

Al final, cuando llegué a Atenas iba a ser suplente por varios años de Gastón Blasi, pero por desgracia para él, tuvo un accidente y eso hizo que desde que ese momento fuera base titular hasta que me retiré.

 

¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando mirás hacia tu trayectoria deportiva?

Cuando miro para atrás, digo “qué suerte tuve de poder vivir todas las cosas que me dio el básquet; la suerte de haber podido hacer lo que me gusta y disfrutar de viajar, conocer, hacer amigos, vivir de eso”. También me siento una persona muy querida y respetada en Córdoba y eso me llena de orgullo.

¿Es difícil triunfar desde el interior?

La mayoría llega desde el interior, porque juegan. Eso significa que cuando un chico tiene 13, por ejemplo, está en un club como Hernando y probablemente tenga la posibilidad de ir jugando en todas las categorías. En cambio en la capital hay tantos chicos en la categoría de infantiles que probablemente no pueda jugar. Creo que lo que te hace crecer es la posibilidad de jugar, de pasar de categoría. Hay pocos jugadores de las grandes ciudades.

 

¿Cuál es el logro deportivo qué valorás más?

Los 7 títulos que logré con Atenas fueron muy importantes, lo mismo que las clasificaciones los Juegos Olímpicos con la selección, los sudamericanos… la verdad que no tengo uno solo.

Llegaste a enfrentar a Michael Jordan…

Sí, una vez jugando contra el Dream Team de Estados Unidos. Después con Atenas en el Open Mc Donalds estuvimos muy cerca de jugar contra los Chicago Bulls de Jordan, para mí que tuvieron miedo (risas). Todavía recuerdo con bronca cómo se nos escapó esa final. Aquella vez en Paris, fuimos a almorzar solamente los jugadores del torneo. Estábamos a 3 metros de la mesa de Jordan, pero él estaba con custodios, no se le podía acercar nadie.

A tu criterio, ¿alguien pudo igualarlo?

No. Para mí Michael Jordan es el mejor que dio el planeta en la historia. No tuve la suerte de ver a Wilt Chamberlain, que todavía tiene records inalcanzables, pero a Michael sí lo pude ver.

Con Magic Johnson tuviste más relación…

Sí, jugué hasta un mano a mano, estuvimos una hora en un vestuario hablando. Jugamos en Mar del Plata, en Córdoba y tengo una camiseta suya.

 

¿Eras consciente de la pasión que despertabas junto a Atenas?

A veces como jugador uno no se da cuenta cómo vive los partidos un espectador. Vos estás jugando y sabés que la gente se puede poner contenta si ganás, pero a veces desconocés que muchos se levantan temprano para verte, que alguien pone un santo para que vos ganés. Después de jugar mucha gente me ha contado esas historias y te emociona un montón.

¿Qué planes tenés para el corto plazo?

No tengo nada previsto a nivel económico por ahora. En cuanto a lo deportivo, hace poco se habló de armar la selección argentina de veteranos, y que tendrían la posibilidad de jugar el mundial, eso no estaría mal. Pero las cosas se analizarán en su momento y veré qué hago.

¿Depende de vos ser en algún momento técnico de la selección?

No lo sé, pero sí sé que si arranco como técnico debería hacerlo para ver hasta dónde puedo llegar. Si me va bien, quisiera seguir subiendo.

¿Te sentís parte cuando ves a los argentinos de la NBA?

Creo que todos son parte de un proceso, porque sin la Liga y sin la motivación que le puedas haber generado a esos jugadores en algún momento –particularmente con Oberto. Creo que todos somos parte, pero el gran sacrificio y el gran logro es de ellos.

Hombre Récord

Fecha de nacimiento: 11 de febrero de 1965.

Lugar: Hernando (Córdoba).

Altura: 1,88 metro.

Puesto: Base.

Debut en la Liga Nacional: 26 de abril de 1985 contra Pacífico, en Bahía Blanca. Participó de todas las ediciones de la Liga Nacional siempre jugando para Atenas de Córdoba, mérito que lo destaca como el único jugador que nunca cambió de club. Posee el récord de partidos ininterrumpidos (649)

Total de partidos jugados: 848 encuentros.

Puntos convertidos: 10.840.

Campeón de la Liga Nacional: 1987, 1988, 1990, 1991/92, 1997/98 y 1998/99, 2001/02.

Distinciones: Mejor Pasador del Mundial de Canadá en 1994 con 55 asistencias superando por una a Tony Kukoc.

Olimpia de Plata en 1990, 1993 y 1994.

Olimpia de Oro en 1993, siendo el único basquetbolista en conseguir este premio.

Selección: 125 partidos jugados internacionalmente con la selección argentina, lo que lo convierten en el jugador argentino con mayor cantidad de presencias. Es el único argentino que jugó cuatro Mundiales.

Títulos Internacionales: Campeón Sudamericano con la selección argentina en 1987. Medalla de Oro en los Panamericanos de 1995, en Mar del Plata. Campeón de Clubes del Sudamericano en 1987, 1993 y 1994. Campeón del Panamericano de Clubes en 1996 y 1997. Campeón de la Liga Sudamericana de Clubes en 1997 y 1998.

Los jugadores que más títulos consiguieron en la Liga Nacional son los siguientes: