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Jean Carlos, el predicador de alegría

Por Marcos Calligaris

Promedia la una de la tarde de un martes primaveral. Fuimos convocados a esa hora en una espaciosa casa de la zona norte de Córdoba Capital.
Allí nos abre la puerta una señora quien muy cordialmente nos anuncia que Jean Carlos nos atenderá en breve.
Y así sucede. En en instantes Jean Carlos se presenta ante nosotros. Lo acompañan algunos de sus músicos que luego se despiden.

Al mismo tiempo, su familia almuerza mirando el programa de Mirta Legrand. Él todavía no va a comer, argumenta que tiene “los horarios cambiados” y recién se le despierta el apetito a las 15 horas. Entonces aprovechamos y nos ubicamos junto al cantante en unas cómodas reposeras de su amplio patio.

Allí, desde la calma que brinda el hogar propio, el artista se apresta a responder con tono bajo y relajado todas nuestras preguntas. Las alusiones a su Fe religiosa, no pasarán inadvertidas.
Jean Carlos nació en el seno de una familia muy humilde de la República Dominicana y pudo cumplir su sueño de triunfar en otro país.
Creyente fervoroso de Dios, junto a sus 13 hermanos tuvo que arreglárselas ayudando a su padre pintando obras para poder subsistir. Pero de chico ya amaba cantar.
Inspirado en ‘Menudo’, la banda del momento en Latinoamérica, tuvo su propio grupo de baladas, aunque no logró nunca dejar de ser ésta una experiencia barrial.

El joven dominicano siguió probando suerte con otros proyectos artísticos, pero fue recién a los 19 años cuando recibiría su primera propuesta interesante: desde la lejana Argentina, un tal “Negro Videla” le proponía contrato para desempeñarse en las filas de un género musical llamado Cuarteto.

Así llegó a Córdoba. No fue para nada fácil al principio, pero Jean Carlos se fue instalando de a poco. Pasó por la banda de Videla, por la de Sebastián y Trulalá, hasta que finalmente le llegó su oportunidad como solista: en 1996 lanzaría su primer disco “Como yo los amo”, logrando imponer su estilo propio. A partir de ese momento Jean Carlos se ha convertido en un ícono del cuarteto y uno de los pocos que logra trascender los límites provinciales.

Hacía un tiempo que no se te veía…

Estuve con poca presencia en el medio. Necesitaba un relax porque ya no tenía tiempo para mi familia, quería trabajar más tranquilo, en paz, viste que los medio a veces te vuelven loco. Entonces dije, “hasta que no empiece a trabajar con el disco, no voy a hacer nada”. Ahora hemos empezado de a poquito y en días nos largamos con publicidad nacional.

¿Habías dejado de hacer presentaciones también?

No, lo que pasa es que estuve presentándome más afuera, San Luis, Catamarca, Mendoza, San Juan, Buenos Aires, Santa Fe, La Rioja, Formosa. Fueron presentaciones más que nada en festivales.

Tenés buena presencia más allá del arco de Córdoba…

Sí, mi presencia creció mucho a nivel nacional. Pegó mucho mi estilo afuera y de hecho trabajo más en otros lados que en Córdoba.

En Buenos Aires tenés buena aceptación…

En Buenos Aires los más conocidos son La Mona, Rodrigo y Jean Carlos, después olvidate. Y hoy para ellos no hay otros referentes del cuarteto que La Mona y yo.

¿Por qué crees que pudiste instalarte a nivel nacional? ¿Qué tenés que no tenga otro intérprete u otra banda de cuarteto?

Se trata de dónde quieras llegar y qué visión artística tengas. Hay gente que se conforma con estar siempre en el mismo lugar, yo siempre luché por que me conozca el país. Lo que pasa es que el manager que tenía antes, (Gregorio “Chichín”) Ledesma, quería hacer las cosas más acá.

Hablando de proyección nacional, ¿hasta dónde te gustaría llegar?

Siempre digo que me gustaría llegar hasta donde Dios me lleve. Cuando me inicié en esto, lo hice cantando baladas y luego terminé haciendo cuarteto. Y siempre me pregunto “¿Terminar en qué?” Y es Dios quien va a llevar a uno va y a determinar qué es lo que voy a terminar haciendo.

¿Te gustaría lanzar un disco de baladas en algún momento?

Me lo han propuesto. Pero hay que verlo bien porque es un mercado muy cerrado y uno sin apoyo no puede hacerlo. Me lo pidieron mucho, sobre todo las personas mayores. Creo que para hacer algo así, hay que tener perspectivas internacionales, si no, no lo hagas.

¿Cuánto tuvieron que ver tus padres en tu vocación?Mi papá era cantante aficionado y tuvo mucho que ver, me empujó mucho.

Un muchacho de barrio en Santo Domingo

Al igual que muchos artistas, Jean Carlos no tuvo una infancia cargada de privilegios. Todo lo contrario, tuvo que trabajar y ayudar a sus padres procurando un mejor pasar.

¿Cómo era la situación socioeconómica de tu familia en República Dominicana?

Era la situación de toda familia humilde. Vengo de una familia de trece hermanos en la que teníamos que ayudarnos unos a otros. Mi papá era maestro de obra en cuestiones de pintura y mi mamá era militar. Con su trabajo mi padre nos crió a todos e incluso ese oficio fue el que aprendimos nosotros de chicos.

¿Y con el tiempo pudiste ayudar a tu familia?

La primera vez que vine a Córdoba, tenía 19 años y firmé un contrato por 3 meses con el Negro Ángel Videla, que en ese momento salía de Chebere. Cuando llegué me di con que acá era otra historia, pasamos por momentos muy difíciles. Y antes de hacer algo por mí, yo pensé primero en ayudar a mis padres. Recuerdo que cuando me empezó a ir bien, lo primero que hice fue ahorrar para comprarle una casa a mi madre, y yo todavía no tenía la mía. Le compré su casa y después Dios me premió con la mía. Por eso creo que todo es una cuestión de actitud.

¿Cómo te pintaron Argentina a la hora de venir?

Éramos muy ingenuos. Era octubre de ’89, y nos pintaron que en Argentina rendía muchísimo el dinero. Que acá uno ganaba millones, pero claro, por aquel entonces la moneda era el Austral. (Risas) Ya estábamos pensando en regresar a República Dominicana y hacernos un edificio, un hotel…

¿Cómo ves la situación política actual de Argentina?

La veo difícil, no como antes, pero está complicado. Yo viví una momento muy complicado con el corralito, perdí mucho dinero ahí, y fue un momento de mucha incertidumbre, incluso estuve al borde de la separación.
Siento mucha lástima por la gente grande que ya no va poder recuperar lo que perdió.

Luego de esa experiencia, ¿en qué invertís ahora lo que ganás?

Creo que lo mejor es vivir una vida plena y decir, “si hay que ir de vacaciones, me voy de vacaciones”. Lo que tengo que gastar con mi familia, lo gasto y disfruto. Luego del corralito aprendí que a la vida hay que vivirla de otra forma.

¿Volvés seguido a República Dominicana?

Si, siempre voy. Antes iba cada 8 meses pero desde que mi mamá se enfermó voy más seguido. Mi papá falleció y mi mamá está muy enferma. Mi mamá es lo más preciado, lo que más amo, no puedo dejarla de lado. Se dice que a todas las flores hay que regarlas en vida.

¿Con qué frecuencia te reunís con tus 13 hermanos?

A veces es difícil coincidir con los que viven en Italia o Estados Unidos. Pero en algún momento nos encontramos. Lo más lindo es en diciembre cuando nos juntamos tanta gente en la mesa, imaginate que tengo a todos mis hermanos, 27 sobrinos…

¿Seguís cómodo en Córdoba?

Si, gracias a Dios. Estoy contento porque hice muchos amigos, me he rodeado de gente muy buena y es hecho de estar bien espiritualmente  te lleva a pensar que todo es bueno, que todo es lindo.

¿De qué se va a tratar tu nuevo disco?

Vamos a grabar algunas baladas, pero vamos a seguir dándole a la gente lo que le gusta. Algunos me han pedido que haga otras cosas, pero no quiero confundir. El nuevo disco va a ser un producto genuino de Córdoba, muy bailable, pero con el mensaje del señor ahí.

Por lo que emerge de tus palabras, veo que sos muy creyente.

Si, primero estuve en la Iglesia Católica y luego en la Evangélica. Pero más que decir la Iglesia Evangélica, yo creo que la iglesia es Dios en momento. La gente ya no quiere que le hablen de religiosidad, quiere que le hablen de Dios. Cuando se le habla a la gente de religiosidad, es como que divide, y Dios no es un dios divido, es uno sólo.
No te olvides que los que sacrificaron a Jesús fueron los mismos religiosos. Personalmente estoy en una etapa de mi carrera en la que estoy cultivando más mi relación con Dios.

Esa espiritualidad… ¿no choca con la vida nocturna que te ves obligado a llevar?

Antes me costaba mucho el hecho de estar en la noche, pero con el tiempo Dios me hizo sentir de que yo estoy ahí, en un lugar donde no llega ningún predicador, para darle un mensaje a la gente. Siempre tomo 2 minutos del show para hablarle a la gente de que no todo está perdido, de que hay un Dios que está al lado nuestro y que a veces lo ignoramos. En un ambiente donde se mueven tantas cosas, que aparezca alguien y te hable de Dios… parece un extraterrestre.

Con la misma serenidad con la que transcurrió la entrevista, Jean Carlos nos acompaña hasta la puerta y nos despide.
Esa tranquilidad contrasta con la imagen de aquel avezado y enérgico cantante que días más tarde se presentará en algún baile cordobés.
Esa tranquilidad no es casual. Jean Carlos da muestras sobradas de tener claro cómo le gusta vivir.

Ping Pong:

Un cantante: Sandro
Un libro: La Biblia
Un disco: Todos los de Michael Jackson
Un político: Carlos Menem
Un lugar: Miami
Una bebida: El vino, aunque no soy de tomar.
Una comida: Pasta
Una mujer: Que sea inteligente y que esté siempre pisando la tierra.
Una estación del año: El verano.
Una influencia: La idiosincrasia argentina.
Un hogar: Córdoba.
Un amigo: Jesucristo
Una frase: “Trata bien a la gente cuando estés arriba, porque la puedes encontrar cuando estés bajando.”

Genocidio, la mala palabra

Conflicto Turquía – Armenia
Entrevista a los embajadores de Armenia y Turquía en Argentina
Por Marcos Calligaris

No son pocos los historiadores que consideran al siglo XX, el siglo del horror. Un período violento, que con sus bombas atómicas, el napalm, los bombardeos masivos y sus daños colaterales, fue también y antes que nada, el siglo del genocidio.

El genocidio o asesinato de masas es un delito internacional que consiste en la comisión, por funcionarios del Estado o particulares, de actos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo formado por personas con ciertas características comunes como pueden ser: nacionalidad, etnia, raza, religión, ideología, sexualidad, etc.

El término genocidio, que fue también utilizado durante el Holocausto Judío, es materia de controversia entre los Estados de Armenia y Turquía a causa de un hecho lamentable acontecido a comienzos de siglo.

Se trata  del “Genocidio armenio”. Se conoce así a la deportación forzosa y masacre de un número indeterminado de civiles armenios, calculado en más de un millón y medio, durante el gobierno de los Jóvenes Turcos, en el Imperio Otomano, desde 1915 hasta 1917, durante la Primera Guerra Mundial. Es generalmente considerado el primer genocidio sistemático moderno.

Aunque no niega que las masacres de civiles armenios ocurrieran realmente (1), el gobierno turco no admite que se tratase de un genocidio, arguyendo que las muertes no fueron el resultado de un plan de exterminio masivo dispuesto por el Estado otomano, sino que se debieron a enfrentamientos, a las luchas interétnicas, las enfermedades y el hambre durante el confuso periodo de la Primera Guerra Mundial. (2).

Revista Yas! quiso acercar posiciones entre los máximos representantes de los pueblos armenio y turco en Argentina.

Por un lado el Embajador de Armenia Vladimir Karmirshalyan. Por otro, el Embajador de Turquía Hayri Hayret Yalav .Un dialogo abierto donde, en lo único que coincidieron los oficiales diplomáticos, es en afirmar que entre ambas naciones “actualmente no existen las relaciones diplomáticas”.

Para Armenia existió un verdadero genocidio. Un genocidio que en palabras del embajador Vladimir Karmirshalyan se cobró la vida de “1.500.000 víctimas”, cifra “aceptada hoy internacionalmente”, agrega.

Sin embargo para el gobierno de Turquía, es difícil hablar de cifras cuando las mismas surgen de un hecho que no reconocen como tal.

La pregunta obligada entonces al embajador Turco, Hayri Hayret Yalav es, si no hubo genocidio, ¿de qué murió tanta gente como indican las estadísticas?

Hayri Hayret Yalav enuncia largo y tendido el argumento oficial del gobierno turco.

“La posición del gobierno turco en referencia a los alegatos armenios es que (las matanzas) fueron cometidas por ambas partes durante la lucha armenia por la independencia, la cual comenzó a fines de la década de 1880. La decisión otomana de reasentar a los armenios que estaban atacando al ejército otomano por la retaguardia mientras éste luchaba contra el ejército ruso durante la Primera Guerra Mundial, ha sido motivo de controversia. Al examinarla bajo la luz de las prácticas habituales durante la guerra, y que fueron repetidas durante la Segunda Guerra Mundial, los reasentamientos y las reclusiones en determinados centros eran prácticas habituales contra las personas sospechadas de ayudar al enemigo. Como es sabido, en el caso de los armenios, éste es un hecho establecido que comenzó durante la guerra otomano-rusa de 1877-1878”.

El representante turco prosigue. “Durante los reasentamientos, muchos evacuados perdieron sus vidas. Esto no constituye un genocidio de acuerdo con la definición de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de las Naciones Unidas, adoptada el 9 de diciembre de 1948, en su artículo 2º. El gobierno otomano no tuvo la intención de masacrar a los evacuados. De lo contrario, no se podría explicar la presencia de más de cincuenta mil ciudadanos turcos de origen armenio que aún viven en Turquía disfrutando de sus propias instituciones.
Siempre que hay una elevada pérdida de vidas humanas durante una confrontación, la cuestión del genocidio pasa a un primer plano, pero uno siempre debe poder probar la intención antes de categorizar una acción como genocidio. Esta es la razón por la cual la Corte Internacional de Justicia de La Haya no aceptó las acusaciones de genocidio para las masacres que tuvieron lugar en Srebrenica al emitir su fallo en el caso Bosnia vs. Serbia.”

Hayri Hayret Yalav concluye el argumento turco afirmando que “por lo tanto, no podemos categorizar como genocidio la pérdida de 30 ó 35 millones de vidas humanas durante las purgas stalinistas de fines de la década de 1930. O las acciones de los franceses contra los argelinos en la década de 1950, o las masacres de los estadounidenses contra los pueblos indígenas en los años 1820-1860, o muchos otros ejemplos que vienen a la mente.”

Ambas naciones tampoco tienen una opinión en común acerca de las consecuencias o derivaciones que puedan acaecer tras un hipotético reconocimiento del genocidio por parte del gobierno turco.

Mientras el gobierno Armenio habla de consecuencias de índole moral, ético, su par turco prefiere referirse a probables repercusiones legales.

En este sentido Vladimir Karmirshalyan sostiene que “para Armenia, el principal beneficio sería de orden moral y ético. El peso de la muerte de un millón y medio de armenios y la pérdida total de la cultura, las tradiciones y el legado histórico de los armenios occidentales es muy grande como para que el reconocimiento por sí solo no constituya el comienzo de una reparación histórica” afirma.

De la misma manera, el oficial diplomático armenio entrevé que para Turquía, el reconocimiento “será una forma de reconciliarse con su pasado y definir responsabilidades”, y agrega que “en el caso del reconocimiento, la República de Turquía y las autoridades actuales quedarán limpias de culpa y cargo, y las autoridades del Imperio Otomano y el Partido Unión y Progreso de los Jóvenes Turcos surgirán como los verdaderos responsables. Turquía se liberará del estigma de la culpa por el genocidio de los armenios y podrá ser aceptada sin condicionamientos en la comunidad de naciones civilizadas y, probablemente, en la Unión Europea,” concluye.

Hayri Hayret Yalav, en cambio, es precavido y sin ahondar en cuestiones hipotéticas prefiere atenerse a lo que dicta la justicia internacional. “Mientras no exista la decisión de una corte internacional o de un tribunal turco, no hay consecuencias legales,” enfatisa.

El papel de Argentina

El 12 de enero de enero de 2007 quedará grabado en la memoria de la comunidad armenia en Argentina. Aquel día, ley de por medio, se estableció que todos los 24 de abril se celebre en nuestro país el “Día de acción por la tolerancia y el respeto entre todos los pueblos”, en conmemoración por Genocidio Armenio.

Aquella Ley Nº 26199 promulgada por el Poder Ejecutivo de la Nación Argentina no era una más, convertía a nuestro país en el tercero (Uruguay lo hizo en 1965 y Francia en 2001) que elevaba su reconocimiento oficial a la categoría de Ley del Estado.

En aquella oportunidad, el gobierno turco puso el grito en el cielo, expresando su rechazo por la aceptación argentina del término “genocidio”.

El sentimiento no ha cambiando hoy. Turquía siente impotencia ante la actitud argentina.

En ese sentido, el embajador turco, Hayri Hayret Yalav afirma que su nación tomó esta decisión “con un sentimiento de resentimiento, de injusticia. Nos sentimos excluidos y discriminados. Cuando esta resolución llegó al Congreso Argentino, se impidió a los funcionarios turcos presentar su versión acerca de estos alegatos. En jerga jurídica, esto se conoce como “kangaroo court” (tribunal desautorizado o improvisado), porque los acusados no tienen oportunidad de defenderse y donde el acusador, el jurado y el juez son lo mismo”.

Por último, Hayri Hayret Yalav agrega que esta determinación argentina, “ha afectado las relaciones políticas bilaterales”, con nuestro país, aunque “en términos de relaciones políticas multilaterales, de comercio, o las relaciones culturales, no ha tenido efecto alguno.

Evidentemente, el sentimiento para con la flamante ley argentina, tiene un significado diametralmente opuesto para Armenia.

“Armenia valora en alto grado el reconocimiento del genocidio armenio por nuevos Estados. Considera el hecho como un acto de consagración del respeto por los derechos humanos y por la justicia  y en contra de la impunidad”, afirma Vladimir Karmirshalyan. Y agrega que “las relaciones entre Armenia y la Argentina han sido excelentes desde el mismo momento en que se establecieron. Son relaciones que se asientan no sólo en la cooperación interestatal, sino en la tradicional amistad entre los pueblos argentino y armenio, muchos de cuyos refugiados sobrevivientes de los trágicos acontecimientos de 1915-1923 encontraron en este país el respeto y el afecto de que carecieron en su tierra milenaria.”

Genocidio, la palabra que puede cambiar toda una realidad

Mientras Armenia alimenta la esperanza de que el Estado turco reconozca algún día su responsabilidad por la muerte sistemática de 1.500.000 de compatriotas; el gobierno turco propone estudiar a fondo todos los alegatos armenios, para así tener la oportunidad de comprobar su versión de que los crímenes fueron cometidos “por ambas partes, durante la guerra armenia por la independencia”.

En ese contexto, Vladimir Karmirshalyan sostiene que “La impunidad eterna de los crímenes de lesa humanidad es un mito. La demora en la aceptación de las responsabilidades depende muchas veces del ordenamiento de las fuerzas en el plano internacional”,  y agrega que “Turquía ha hecho de la negación una verdadera política de Estado y comprendo que costará mucho convencer al pueblo turco de que era  mentira la inocencia de su país en el exterminio de los armenios del Imperio Otomano”.

Por su parte, Hayri Hayret Yalav asegura que “Turquía ha propuesto conformar una comisión conjunta para investigar toda la evidencia acerca de los alegatos armenios, de forma tal que pueda llegarse a una decisión conjunta sobre el resultado. Esta propuesta  no ha sido aceptada por Armenia.”

Algún día la comunidad internacional en su totalidad aceptará que existió un genocidio armenio, o quizás nunca.

Algún día este vocablo podrá ser utilizado para catalogar este conflicto, o quizás nunca.

Lo cierto es que 1.500.000 de personas perdieron la vida por causas que incluso muchos de ellos desconocían.

Y al igual que ayer, hoy el verdadero problema no es el empleo del vocablo, sino que en Irak o Afganistán sigan muriendo miles de inocentes.

 

 

Una degradación que se perpetúa

Por Mariano Saravia
Periodista, autor del libro ‘El grito armenio’.

Los delitos de lesa humanidad, se cometen contra toda la Humanidad, no sólo contra las víctimas. Los sufren, incluso sin saberlo, los mismos genocidas al degradarse por debajo de la condición humana tanto víctima como victimario. Y el negacionismo sistemático es parte de esa degradación. Por un lado es normal, ¿cómo va a admitir el genocida que quiso exterminar a un grupo humano? Busca excusas como que eran enemigos, que lo tenían merecido, que fue una guerra. Argumentos que conocemos de sobra en Argentina por nuestro pasado reciente. Pero que yo sepa, incluso en la guerra existen reglas; las deportaciones masivas y los asesinatos indiscriminados son delitos de lesa humanidad, en guerra o en paz. Además, está clarísimo que entre 1915 y 1923, lo que hubo fue un Estado (el Imperio Otomano) lanzado con toda su furia contra una parte de su propia población civil (el pueblo armenio). ¿Que pueda haber habido algunos grupos armados que se sublevaron y que lucharon por la independencia de la Armenia histórica?, puede ser. Pero siempre hay que distinguir cuando la violencia viene de un grupo armado hacia el Estado, de cuando viene del Estado en forma indiscriminada contra los ciudadanos. Y de esto hay abundante y contundente documentación, como por ejemplo los decretos y bandos militares de Talaat Paschá, Enver Pashá y Djemal Pashá, los integrantes del triunvirato gobernante, principales responsables del primer genocidio del siglo XX. Por otra parte, es impensable que se acepte una comisión que estudie si hubo o no un genocidio. Es exactamente igual que lo que plantea el presidente de Irán hoy, Mahmud Ahmadinejad, cuando pone en duda la existencia del Holocausto Judío. Imagínese usted que le violan y le matan a toda su familia, a todo su pueblo, y después viene el genocida y le dice que usted está loco, que está delirando, y le propone formar una comisión para ver si es verdad.

(1)”Q&A Armenian ‘genocide”, BBC News, 12 de octubre de 2006.

(2) Ángela Aguiló: “Ereván y Bakú acercan posiciones sobre el conflicto de Alto Karabaj”, Periodismo Internacional, 2005

Puertas adentro: el misterio de las monjas de clausura

Por Marcos Calligaris

Visita a un convento donde las monjas dominicas viven toda una vida puertas adentro, rezando y entregándose a la fe.

“El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible”, afirmaba el novelista irlandés Oscar Wilde. Y bien visible, enclavada en el centro neurálgico de Córdoba, se encuentra la Iglesia del Monasterio de Santa Catalina de Siena.

Esta iglesia no es un más de las tantas que componen el paisaje religioso de “La docta”. Dentro de sus muros y tras rejas vive la comunidad cordobesa de las Monjas Dominicas de la Orden de Predicadores.

Quien entra al templo en horario de oración puede contemplar cómo un grupo de monjas, vestidas con blancos y radiantes hábitos, eleva sus plegarias y canciones. Pero esa postal cuenta con una particularidad: una gran reja las separa de nosotros, del mundo exterior. ¿De qué se trata ese tipo de vida? Una incógnita a develar.

Al costado de la iglesia hay una gran puerta. Tras tocar el timbre una voz femenina nos autoriza a pasar. Luego de un largo pasillo, detrás una pequeña ventana, la Madre Superiora nos entrega una llave y nos comunica que seremos atendidos por Sor Patricia.

Nos dirigimos hacia el lugar donde se desarrollará el encuentro. Abrimos la puerta y nos damos con un diminuto cuarto, también está dividido por una reja.

Una monja llega silenciosamente. Es sor Patricia y está dispuesta a contarnos sobre su Orden.

Trinan algunos pájaros dentro del florido microclima que se conforma en el patio de la iglesia. Y si no fuera por el sonido de saxofón de algún músico ambulante, o por las ofertas de un vendedor que grita en la peatonal, nadie podría creer que se está en pleno centro cordobés.

Una vida dedicada a la oración

Las Monjas Dominicas están convencidas del poder de la oración. Tan convencidas que entregan su vida a la plegaria. “Si no se ora a Dios para que nos bendiga, no pasa nada. Puede haber plata, pero se van a morir de hambre los pobres debido al crecimiento del egoísmo” comienza sentenciando la religiosa, a lo que agrega una reflexión: “Nunca hubo tantos recursos como ahora, y al mismo tiempo tanta gente que se suicida porque no tienen sentido sus vidas.”

Y es justamente la oración la base de todo para esta Orden. La base de la vida cotidiana, la base de toda una organización. Todo lo que se realiza en la comunidad gira en torno al rezo.

Pero las monjas también trabajan “Trabajamos como todos o más”, remarca la monja, pero marca una diferencia con otras órdenes “A diferencia de la Orden carmelitana, que llevan una vida ermitaña, la nuestra es una vida comunitaria. Comemos en común, hacemos recreaciones en común, trabajamos en común”.

Los trabajos no son sencillos según Sor Patricia. Cuenta que algunos monasterios de la Orden se dedican a fabricar hostias, que otros hacen ornamentos, encuadernaciones o restauración de imágenes religiosas.

¿Y los quehaceres domésticos? Ser Monja Dominica no significa olvidarse de esas cuestiones. “También lavamos y planchamos, hacemos de comer, pero todo en grupo,” aclara.

A estudiar se ha dicho

Otro de los puntos distintivos de la Orden de las Monjas Dominicas es el estudio. Consta que para el año1200 eran contadas las princesas o reinas que sabían leer, mientras tanto, el fundador de la Orden, Santo Domingo, exigió que las mujeres de su Orden supieran leer para poder estudiar. “A las 4 de la tarde dejamos todo lo que estamos haciendo y nos ponemos a estudiar teología, sagradas escrituras, liturgias, canto, todo aquello que pueda hacer a nuestras vidas.

Tras las rejas

Pero sin dudas, lo que más sugestiona al entrar a la iglesia de Santa Catalina de Siena es el enrejado que separa a las religiosas. Una reja que ellas prefieren definir como un “símbolo”.

“A mí no me encierra nadie”, asegura Sor Patricia y agrega que “las rejas son algo simbólico, porque de hecho nosotras podemos salir al médico, salimos a votar…”etc.

Silencio. La religiosa cruza las manos, mira hacia un costado y prosigue “Las rejas son un límite que nos divide de todas las ansiedades que no llevan a Dios. No queremos escandalizar con las enrejado, justo ahora cuando todo el mundo habla de libertad. Si no nos entienden no importa, ya llegará el momento”.

Luego, como si su explicación no hubiera sido convincente, dispara. “Cuando uno quiere protección en una casa, pone rejas… Pero en nuestro caso choca un poco, es como la imagen del presidio. No queremos escandalizar, simplemente hacemos algo distinto.”

De la misma manera, asegura que su orden está al tanto de todo lo que sucede en el mundo. “Escuchamos las noticias todos los días e incluso nos llaman para darnos noticias para que recemos, noticias que quizás acá ni salieron en los diarios. Los frailes se ríen, dicen ‘cuando nosotros queremos saber algo venimos a su monasterio”.

La novela

Antes de retirarme es difícil abstraerme del recuerdo de novelas argentinas o latinoamericanas que trataron hasta el hartazgo la temática de la monja víctima que padece el encierro en un convento… Seguramente las monjas de clausura deben batallar constantemente contra los prejuicios. Sor Patricia se despide dejando en claro que ellas no tienen ninguna prohibición, que nunca existieron, y que las normativas de la Clausura quedaron aún más claras luego del Concilio Vaticano II. “Todas esas excentricidades son de novelas, se han hecho muchas novelas con esas historias”.

Sucede que como decía Wilde, el verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible.

 

Una obra de Santo Domingo

La vida contemplativa dominicana, surge por iniciativa de Santo Domingo de Guzmán, quien en el año 1206 reunió en el Monasterio de Santa María de Prulla, Francia, a un grupo de mujeres conversas, quienes se dedicarían enteramente a la oración y la penitencia. Es así como Santo Domingo asienta su Orden sobre el pilar de la contemplación.

Ada de Morales, la madre de la lucha y el dolor

Entrevista a Ada de Morales, madre de María Soledad
Por Marcos Calligaris

Las multitudinarias marchas del silencio quedaron lejos. Luego de la sensación de una justicia a medias, una madre, una familia, continúan luchando por justicia y contra el olvido.

Ada Rizzardo de Morales no una es mamá corriente.

Hace 17 años, en uno de los casos policiales más tristes y resonantes de la historia argentina, alguien acababa con la vida de su hija María Soledad.
Ocurrió el 8 de septiembre de 1990. María Soledad Morales cursaba el último año del secundario y luego de concurrir a un baile estudiantil en la ciudad de Catamarca, apareció muerta dos días más tarde al costado de una ruta.
La joven padeció las aberraciones más impensadas e incompresibles que puede llegar a perpetrar el ser humano contra uno de sus pares, y los “hijos del poder” quedaron en el centro de las sospechas.
Pero tan aberrante como el crimen mismo fue el silencio y el encubrimiento político, policial y judicial que se montó en torno al crimen y fue ahí donde la fuerza, el ímpetu y el dolor de una madre junto a un pueblo impotente pusieron el silencio en movimiento y la indignación en marcha, logrando el esclarecimiento del homicidio, dejando de manifiesto las condiciones semi-feudales de ejercicio del poder en Catamarca, con la caída de un gobierno enraizado en el poder por más de 40 años.
Pero el dolor de una madre no cesa. “Hubiera preferido seguir siendo la mamá desconocida y que gobierne quien gobierne, pero tener a mi hija”, confiesa Ada con apenas un hilo de voz”.
A 17 años de aquel crimen, de aquella pérdida irreparable para la familia Morales y con motivo del día de la Madre, hablamos con Ada de Morales, quien aferrada a la Fe, todavía reclama el esclarecimiento total del encubrimiento que se montó en torno al asesinato de su hija.
Nada le devolverá a María Soledad, quien hoy tendría 35 años, pero mientras viva seguirá luchando incansablemente por una verdadera justicia, lo máximo a lo que cree poder aspirar en la vida terrenal, ya que considera que “el dolor recién se acabará cuando uno cierre los ojos para siempre”.

¿A qué se dedica hoy?

Yo soy ama de casa. Tengo el título de Maestra Normal Nacional, pero ejercí hasta que nació mi cuarta hija, Ada. Luego tuve que dejar porque tuve muchos hijos y no podía salir a trabajar. Tengo siete hijos –cinco mujeres y dos varones-.

Su marido, el señor Elías Morales, ¿tiene alguna ocupación?

No, él está jubilado. A veces limpia la quinta o hace algunas soldaduras.

¿Cómo es un día de los Morales?

Yo me levanto a las 6 de la mañana porque tengo que mandar a la escuela a uno de mis nietos que vive con nosotros. Después limpio, lavo los platos y hago todos los quehaceres domésticos, cocino y espero a que los chicos vuelvan del trabajo y del colegio para darles el almuerzo. Por la tarde, siempre tengo tareas del hogar que cumplir.
Mi esposo también se levanta muy temprano y limpia la quintita que tenemos en el fondo de la casa y planta algunas verduras.

¿De qué viven los actualmente?

De la jubilación de Elías y de la ayuda de nuestros hijos.

Gente de todo el país se solidarizó con ustedes…

Si. A mi casa vienen muchas personas a visitarnos. A veces vienen excursiones con gente de otras provincias. Nosotros nunca nos negamos a recibirlos porque somos agradecidos del pueblo, no sólo de la gente de Catamarca, sino de todo el país porque nos ayudaron mucho con oraciones, con tantas cartas, con tantas palabras de aliento.

¿Qué tipo de gente se acerca?

Son generalmente personas que han sufrido mucho a la par mía cuando fue lo de Sole, y sufrieron tanta impotencia de ver lo que nos pasaba, a nosotros, una familia de origen muy humilde.
Yo siempre me digo: “ha habido tantos casos en este país, tantas María Soledad muertas y no puedo dejar de preguntarme qué pasó con mi hija, qué pasó que el caso movió tantas cosas y trascendió las fronteras del país. Movió cerros y montañas.
Hoy día veo otros casos en los que hay muerte, injusticia y me duele mucho. Siempre pienso en esa mamá, que va a sufrir lo mismo que Ada Morales sufre desde hace 17 años. Me pongo a la par de ellas porque lamentablemente en nuestro país la víctima es la culpable.

El dolor se potencia más con el encubrimiento que hubo después…

Creo que lo más triste y doloroso para toda mamá, es el desprestigio. Eso es algo terrible, algo imperdonable a personas que a veces hablan tratando de justificar lo injustificable.

 

Una herida abierta

El tiempo pasó, las hermanas menores de María Soledad -que al momento del crimen tenían sólo 5 años- hoy cuentan 22. Analía y Claudia, sus nombres, son mellizas y hasta el día de la pérdida de su hermana iban al jardín de infantes. María Soledad se encargaba de llevarlas todos los días y hoy, las más chicas de los Morales tienen muchos recuerdos, muchas fotos, pero principalmente deben reconstruir su historia a partir de los comentarios de su familia.

¿Sus hijas más chicas le preguntan qué sucedió con María Soledad?

Si, a ellas les toca vivir una dura experiencia porque a veces, en determinados lugares escuchan hablar cosas de María Soledad, entonces vienen a preguntarme de qué se trata lo que les dicen, qué papel jugó determinada persona en aquel momento, y se sienten molestas.
Los que me preguntan mucho hoy en día sobre Sole son mis nietos, que ya están grandes. El mayor ya tiene 16 años. A veces pasamos por el lugar donde encontraron a mi hija, donde hoy hay un monolito y me preguntan por qué. Entonces con mucha inteligencia y usando la psicología trato de responderles, porque yo no quiero que mis hijos ni mis nietos guarden odio y rencor. Siempre les digo que cuando uno es creyente, sabe que cuando alguien obra mal, o le hace daño a alguien, ese daño se le vuelve en contra.

¿Cuál es el estado de la causa por el encubrimiento de la muerte de su hija?

Para empezar, en enero de 2005, entre gallos y medianoche, se aprobó una ley que dictamina la prescripción de las causas luego de pasado un determinado tiempo. De todos modos a mí nunca me llamó el juez que tenía a cargo la causa para informarme de la prescripción de la misma.
Luego, el pensamiento personal que tengo como mamá, es que han dicho “Bueno, condenamos a Tula y a Luque, y con eso se terminó todo el caso Morales”. Eso a mí no me llenó, siento que no hubo justicia total. El encubrimiento fue tan triste, tan terrible y tan aberrante como el hecho mismo y resulta que hoy, gente como el ex jefe de policía, el comisario Ferreyra, quien ha sido el artífice del encubrimiento, camina por la calle sobreseída.
Hubo una mano negra, o algo extraño que quiso demorar todo para que el tiempo pase y la causa prescribiera.

La causa por encubrimiento comenzaba por la cúpula de la policía provincial,  involucraba a las autoridades provinciales e incluso alcanzaba al propio presidente Carlos Menem…

Si, también implicaba a gente del sanatorio donde estuvo mi hija. Durante el juicio quedó al descubierto que a María Soledad le hicieron una operación para intentar reanimarla. Los especialistas que vinieron de Buenos Aires llegaron a la conclusión de que esa técnica no pudo haberse hecho en otro lugar que no sea un sanatorio y por personas profesionales.

¿Le es imposible abstraerse por algún instante de semejante dolor?

Mientras puedo ocuparme quizá no es tanto, pero como estoy prácticamente sola en mi casa, en algún momento veo algo u ocurre algo y yo lo relaciono directamente con mi hija. Cada vez que veo que en Argentina violan a una chica, ahí nomás hago la relación y es muy triste. Creo que el dolor recién se acaba  cuando uno cierra los ojos para siempre.

¿Es consciente de que su lucha hizo caer a todo un gobierno?

Acá cayó un gobierno de 40 años. En Catamarca hubo un antes y un después de María Soledad, pero hubiera preferido seguir siendo una mamá desconocida y que gobierne quien gobierne, pero tener a mi hija. Quizá hoy habría tenido nietos de parte de ella. Vería su alegría, su sonrisa.

Siempre me pregunto por qué me tuvo que pasar esto a mí. Y bueno… quizá algún día tenga alguna respuesta.

¿Cómo hizo para mantenerse en pie, pese a todas las circunstancias negativas?

A veces siento que existe una conexión de madre e hija entre ella y yo. Siento que muchas veces estuve a punto de quebrarme, caerme, y siento esa luz poderosa que viene del más allá y me dice ‘arriba mamá, arriba, arriba’. Entonces sigo y a veces estando sola empiezo a acordarme de todo, de cada detalle, desde el primer momento en que se fue; que no volvió; que la esperábamos; las denuncias; las persecuciones; los aprietes que teníamos y entonces vuelvo a la misma pregunta: ‘Dios mío, ¿por qué?, ¿cómo soporté tanto? Creo que es mi hija la que me ha dado fuerzas desde el primer momento.

La injusticia camina por Catamarca

Ada no oculta su indignación por la liberación de los asesinos de su hija. Luis Tula fue sentenciado a 9 años de prisión y ya cumplió su condena, Guillermo Luque fue condenado a 21 años de reclusión y hoy goza del beneficio de la salida laboral.

“En Argentina condenan a las víctimas y no a los verdaderos asesinos” afirma Ada, y continúa: “Una vez presos los empiezan a limpiar. Dicen que son buenas personas; que tienen buena conducta; los favorece el 2×1 y pronto ya están caminando por la calle como si no hubieran hecho nada.

¿Qué sabe hoy de Guillermo Luque?

Poco. Sé que tiene salida laboral. Capaz que ya esté libre y yo no lo sé.
Lo que si sé, es que ellos (Guillermo Luque y Luis Tula) han sido presos VIP. Estuvieron en celdas separadas, no estuvieron en los pabellones junto a los presos comunes, tenían un montón de chiches que no tenían los otros. La cárcel debería ser igual para todos.

Catamarca no es muy grande. ¿Le ha tocado cruzarse por la calle con personas implicadas en el crimen?

Un día lo vi a Tula y no le deseo a ninguna mamá del mundo encontrarse con el asesino de su hija, es terrible. Me quedé paralizada, creía desmayarme, como si me hubieran clavado un puñal en el corazón al ver al asesino suelto, caminando libremente, mientras que los Morales quedamos destruidos para toda la vida. En otra oportunidad me topé con el médico que está sospechado de haberla recibido en el sanatorio cuando ella llegó en coma cuatro, y le juro que me dio lástima, cuando me miró parecía que le brotaba sangre de la cara, no sabía qué hacer. Es más tremendo para ellos verme a mí, porque tienen la conciencia sucia.

¿Está a favor de la pena de muerte?

Yo tengo mis dudas, porque podría haber un chivo expiatorio y le terminan dando pena de muerte a alguien que no tenía nada que ver.
Como cristiana pienso que si Dios nos ha dado la vida, es él quien tiene que disponer de nosotros.
Sí estoy de acuerdo con que existan condenas duras, con reclusión perpetua, y que no tengan ningún tipo de salidas.

¿Puede vivir en paz?

Vivo en paz porque con Elías hicimos lo posible y lo imposible para que se hiciera justicia. Hicimos lo que pudimos para que esta historia no se vuelva a repetir más en el país, pero la experiencia del dolor y del sufrimiento queda adentro del corazón. Como familia quedamos marcados para toda la vida. Es muy duro cuando llegan las fiestas de fin de año, algún cumpleaños o el mes de septiembre, que es el mes en que nació y el mes en que murió mi hija. Yo trato de sobreponerme, pero es muy duro.

¿Usted cree en la justicia divina?

Si. Uno día a día ve lo que pasa. Es como les digo a mis hijos “no hay que obrar mal en la vida, porque así como las cosas van, un día vuelven”. Tengo Fe y esperanza de que algún día se resuelva todo ya que el encubrimiento del crimen de mi hija quedó totalmente impune. 

Usted es un ejemplo. Usted sabe eso de mover cielo y tierra para encontrar justicia…

Ejemplo fueron son las compañeras de Sole, quienes con 17 años fueron las primeras en salir a la calle a pedir justicia junto a la Hermana Pelloni, incluso con el ex jefe de la policía parado en la puerta impidiéndoles la salida. Después se sumaron los padres, y yo debido a mi estado recién fui a la cuarta marcha.

¿Nunca pensó nunca en alejarse de Catamarca?

Siempre me han hecho propuestas y yo dije que no, porque acá tengo los mejores recuerdos de mi hija. Además yo no tengo por qué irme, yo no le hice daño a nadie. Vamos a seguir acá, firmes.

¿Le ofrecieron alguna vez un cargo político?

Si, incluso querían que formara una comisión en Catamarca y dije que no. Yo puedo acompañar a padres para pedir justicia en una marcha, pero no me gustaría formar comisiones y mucho menos en política.

Desde su posición y su triste experiencia, ¿qué mensaje llevaría a una madre que atraviesa un dolor similar?

Ojalá esto no le sucediera a nadie en el mundo, pero a esa mamá le diría que luche, que no claudique. Cada mamá conoce a su hijo, cómo ha sido, cómo es, entonces hay que defenderlo. Si alguna desgracia tan terrible les llegara a ocurrir, hay que salir adelante, exigir justicia, y tratar de que los jueces, los que entienden las causas, les den a las madres una explicación de lo que pasa, no como a mí, que nunca me llamó ningún juez para decirme lo que había sucedido.
Uno pierde a un hijo y peor, y más triste, es quedar con las manos más vacías al no tener justicia.

Tula y Luque, los asesinos

Por el aberrante crimen, el 28 de febrero de 1998, se condenó a Guillermo Luque a 21 años de prisión acusado de violación seguida de muerte agravada por el uso de estupefacientes. Hoy goza del beneficio de la salida laboral.

Mientras que el ex novio de María Soledad Morales, Luis Raúl Tula fue sentenciado a 9 años como participe secundario de violación y cumplió su condena.

Iñaki Urlezaga: “Los bailarines clásicos no pueden bailar música contemporánea”

Por Marcos Calligaris

Es uno de los nombres más destacados de la danza mundial. Bailarín principal del Royal Ballet de Londres, Iñaki Urlezaga ha cosechado gran reconocimiento en todo el mundo. Te presentamos vida y obra de un tipo “común” a pesar de su éxito.

Iñaki comenzó sus lecciones de danza a los ocho años en su querida ciudad natal de La Plata, y en muy poco tiempo su talento y su entusiasmo lo hicieron ingresar al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón de Buenos Aires.

Inmediatamente The School of American Ballet será por un año su casa. Allí llegó siendo todavía niño gracias a la beca de perfeccionamiento que se ganó por su inmejorable calificación de diez (10) en la carrera de Danzas. Continue reading

La ‘Mole’ Moli: “Las hice a todas”

Entrevista a Fabio La Mole Moli, exboxeador, panelista, humorista
Por Marcos Calligaris

A los 38 años, Fabio Moli tiene una historia muy peculiar que contar. Su vertiginosa carrera, su presente, sus planes, su reciente comercial de Kadicard. A días de ser abuelo,  La Mole afirma estar convencido de volver a reinar entre los pesos pesados del país. Aquí su historia.

Barrio Müller – Córdoba 15:30 hs

Se escucha el sonido constante de un grupo de chicos saltando sobre gomas de camiones que utilizan para entrenar. Son más de más 20.

Empapado en sudor un gigante entrena sobre un cuadrilátero al mismo tiempo que da indicaciones a otros gurrumines que le pegan la bolsa: “Ahí nero, esperala, cuando viene le pegás, uno y dos ahí, ahí”. Continue reading

Talk Time: polémica en el bar

Por Marcos Calligaris

Al estilo de los cafés filosóficos de París, una tendencia de debates pero en diferentes idiomas crece en los bares argentinos.

Bonjour, ça va bien? Garçon, un café s’il vous plaît…
Valentina cruza la puerta de un coqueto bar y mientras acerca una silla que la integrará a un extraño grupo que dialoga en una mesa, ordena al mozo un café.
‘Bonjour’, resuena como respuesta a coro desde la mesa y con total naturalidad. El mozo va por su recado. La conversación continúa, naturalmente.

Dicha situación no tendría nada de particular de desarrollarse en algún novelesco café parisién a orillas del Sena, en el coqueto barrio de Montmartre o en Les Champs Elysées.
Pero lo cierto es que quienes comparten la lengua de Molière son argentinos. Cordobeses para ser más exacto. Y el lugar de encuentro no es otro que un céntrico bar de ‘La Docta’.

Allí, al igual que en más de 400 bares de Argentina, se desarrolla un encuentro de Talktime (‘Hora de hablar’, en su traducción española), ‘un espacio de debate en torno a una mesa de café para ejercitar la exposición de ideas en una lengua ajena’, según lo define su sitio web, al mismo tiempo que agrega: ‘Talktime es un debate abierto e informal en un idioma extranjero cuyo objetivo es perfeccionarse en técnicas de comunicación oral dentro de un marco de mutuo respeto’.

De Paris a las Pampas

Sería imposible apartar al debate del hombre; de la humanidad. El mismo es inherente a la civilización.
Aunque fue en los años ’90, luego de que el filósofo Marc Sautet inaugurara el primer café filosófico en el Café des Phares, a un lado de la simbólica Plaza de la Bastilla, que los debates comenzaron a disgregarse por todo Paris. Y desde la Ciudad Luz, la tendencia comenzó a expandirse por el mundo llegando a recónditos lugares, desde India a Burundi, de Canadá a Estonia.

Podría decirse que tardaron más de 10 años en llegar a nuestro país. Pero cuando arribaron lo hicieron de otra manera y en una época difícil en la que para mirar más allá de las fronteras argentinas era casi imposible.
Fue entonces en marzo de 2001, en la localidad bonaerense de Ingeniero Maschwitz, cuando el país se encaminaba a una de sus peores crisis económicas, que un porteño llamado Felipe Fliess, decidió imitar la propuesta francesa, pero añadiendo un touch argentino: los debates serían en diversos idiomas. Eso es Talktime.

“Los debates públicos empezaron hace miles de años y la idea de filosofar en un bar no es nuestra tampoco. Lo que sí en un producto genuino argentino es hacerlo en diferentes idiomas. Incluso aquí, el hecho de usar ese espacio para poder comunicarse en otra lengua es nuestro objetivo principal”, revela Andrés, un bonaerense quien afirma ir religiosamente a cada Talktime de lengua inglesa.

Una tendencia en crecimiento

En la actualidad existen más 400 Talktimes en Argentina. Los mismos pueden ser en inglés, francés, italiano, alemán, portugués y hasta en griego. La mayoría tiene una fecha semanal de encuentro, siendo el de inglés el más frecuente. Otra cuestión a destacar es el carácter absolutamente gratuito de las reuniones. Uno sólo debe abonar lo que consume en el bar.
Para que un Talktime pueda ponerse en marcha se designa un moderador, los participantes proponen temas y se elige uno por votación. Los tópicos generalmente se vinculan a la actualidad para permitir una participación amplia e interactiva.

Además, los Talktimes poseen reglas, “simple pero esenciales” afirma Amanda, una jubilada, quien además confiesa encontrar en estas reuniones ‘un momento cultural, de esparcimiento’ y una oportunidad de ‘poner en práctica’ su materna lengua italiana.

Es cierto, estos espacios contienen algunas leyes básicas para que el diálogo no se vea obstruido. Levantar la mano para pedir la palabra, mantener el anonimato y no realizar preguntas personales, no emitir opiniones despectivas referidas a grupos étnicos, religiosos o géneros, son algunas de las cuestiones básicas con las que un talktimer debe estar de acuerdo para pertenecer.

Tampoco hay correcciones sobre errores gramaticales o de pronunciación. Desde el sitio web, los responsables de estos encuentros afirman que ‘al reunirnos fuera del aula, al no haber correcciones ni evaluaciones que provoquen presiones y al concentrarnos en el desafío de argumentos sin aludir a sus autores, logramos suscitar un ambiente cordial que desinhibe y facilita la interacción oral’.

La propuesta está. Talktime no tiene relación alguna con partidos políticos, organizaciones religiosas o de marketing. Sólo para el mero y humano placer de hablar y, de paso, en otro idioma. Las buenas discusiones y el intercambio de ideas, forman parte de la buena vida.

Más Info: www.talktime.com.ar

Nazarena Vélez: “Una cosa es lo que vendo, otra mi intimidad”

Por Marcos Calligaris

Nazarena Vélez vive a mil. Y sabe multiplicarse para aprovechar plenamente todas sus virtudes. Ella es la modelo, la actriz, la productora, la encargada de su promoción…lo que sea necesario para triunfar. Lleva ‘una vida a full’, como ella misma la define.

Casada, divorciada, de novia, madre de dos hijos, ella es la protagonista de esta entrevista “a lo Nazarena Vélez”. Una invitación a conocerla.

Son las 12 del mediodía. Nazarena se toma algunos instantes para esta entrevista. Comienza por adivinar mi tonada cordobesa y su ímpetu la empuja a tomar la delantera, por supuesto.

‘Mi papá es cordobés, mis abuelos son cordobeses. Y por ende pasé toda mi infancia en Córdoba. Por eso yo tengo una gran conexión y un gran amor por Córdoba. Casi todos mis veranos fueron allá’, se adelanta.

La entrevista estaba en marcha de facto. Tengo muchas preguntas.  Ella no tiene mucho tiempo, pero parece con ganas de hablar. Largamos.

¿Cómo eras de chica?

Varonera, marimacho total. La que me ligaba todos los cachetazos. Somos seis hermanos. Cinco mujeres y un varón. Son todos profesionales. Yo soy la tercera y de chica era la más quilombera, la que tenía más problemas en el colegio. Mis hermanas vivían siempre vestidas de punta en blanco, divinas, y yo de shorcitos, con la remera del hombre araña, trepándome por los árboles, jugando al fútbol con los chicos. Tenía más amigos varones que mujeres. Era básicamente un asco. Todo lo contrario a una lady.

Evidentemente no es necesario que haga una presentación pormenorizada de este personaje. Ella conoce el paño y continúa haciendo una detallada descripción de sus orígenes.

“Soy de Quilmes donde me crié, viví toda mi vida, me casé y tuve a mis dos hijos. Alejandro Pucheta, mi primer marido, también es quilmeño y era vecino mío. Yo no me quiero olvidar de mis raíces. Mis padres viven hace siete años en Puerto Madryn y yo no quiero abandonar la casa que tenemos en Quilmes. Allí pasé los mejores momentos de mi vida,” recuerda.

Un llamado telefónico de su hijo Gonzalo, de sólo seis años, interrumpe la entrevista -que a esta altura ya toma matices de charla-.

-“Al celular se lo regaló su papá, yo en realidad no estoy muy de acuerdo con que a esa edad tenga celular, pero bue…vamos a dejarlo ahí…”

Hablando de su papá, ¿qué relación tenés hoy con Daniel Agostini?

Es mi ex marido; una persona que quiero, que respeto muchísimo y es el papá de mi hijo. Con él la relación no va a terminar nunca, porque tenemos un hijo en común. Pero además nuestra pasión siempre nos une, entonces siempre está dando vueltas la versión ‘parece que se arreglan, parece que no’…Pero no parece nada, porque estoy en pareja con otra persona.

Nazarena la dejó picando. Pero se la perdonamos por ahora, ya que venía hablando muy apasionada sobre su niñez. Además, casi con seguridad va a volver a rondear por esas cuestiones. Seguimos.

¿Qué disfrutabas hacer de niña?

Además de varonera, era muy fabulera. Armaba mis novelas de Andrea Del Boca. Le inventaba muchas historias a mí mamá y capaz que ella terminaba peleándose con algún familiar.

Finalmente te terminaste ganando una imagen de lady

Tengo imagen de lady, de mujer fatal, pero en el fondo soy una india quilmeña total (sic). Mis padres me criaron con la libertad de desarrollar mi personalidad y esa es mi forma de ser.

(De repente, la que pregunta es ella)

“¿Me disculpás si almuerzo algo mientras charlamos?”, dice con un tono casi suplicante.

A una dama es difícil negarle algo. Pero queda comprobado, Nazarena Vélez vive su vida a un ritmo galopante y esto también le ha traído más que un disgusto. Sin embargo ella asume que su trabajo es así. En media hora debe volver a los estudios de Ideas del Sur, donde estuvo toda la mañana ensayando con Facundo, su compañero de Bailando por un sueño (por tal motivo, hay que continuar como sea).

¿Cómo llega tu conexión con el mundo artístico?

A mis catorce años se elegía Miss Quilmes. Yo era flaquísima, alta, con el cabello cortito y me decían: ‘andá, andá’. No tenía nada por delante, nada por detrás. Me terminé postulando porque de premio había una bicicleta de carrera.

Y así fue. Nazarena Vélez entró en aquel desfile con el noble fin de ganarse una bicicleta, sin saber que estaba entrando a lo que sería su profesión.

“Empecé siendo la Reina de Quilmes, luego fui Miss Provincia de Buenos Aires, después fui Primera Princesa Argentina…y a partir de ahí empezó mi carrera de una manera tal, que cuando me di cuenta, estaba yendo a miles de castings de publicidad. Así empecé a agarrarle el gustito a esto”.

Así encontraste tu nicho…

Sí, me comencé a perfeccionar, hice la carrera de profesorado de modelaje, estudié actuación y de acá no me mueve nadie. Es mi lugar. Me van a tener que sacar a palazos.

La charla continúa. Nazarena sigue devorando su almuerzo, pero no quiere dejar de hablar de algo que la atrapa, su carrera profesional. Aguantando la respiración por la ansiedad de contarnos toda su vida antes de partir nuevamente a su trabajo, prosigue.

“Llevo dieciséis años en esto. Yo no sé lo que es tener adolescencia. No tuve la típica adolescencia de los chicos. Prefería irme a desfilar, a hacer castings. En fin, tomé responsabilidades desde muy chica. En todos los sentidos.

Además decidí casarme de muy chica. Me puse de novia y me casé virgen con mi primer novio, así que a los 18 años ya era mamá por decisión propia.

Nazarena volvió a tocar el tema del noviazgo. Esta vez no la dejo pasar.

¿Estás de novia?

-Sí, -responde orgullosamente- con Aldo Osorio.

De alguna manera todo te une a Córdoba… (Aldo Osorio es un ex jugador de Talleres).

-Sí, ¿viste?  Siempre hay algo que me une. Es más, con Daniel (Agostini) me casé en Carlos Paz y quedé embarazada de mi hijo Gonzalo cuando me encontraba de temporada en Córdoba. Creo que voy a terminar viviendo allá.

A esta altura estaba más que comprobado. Nazarena Vélez no tenía inconvenientes en hablar de cualquier tema. Seguimos.

Sería casi imposible separar tu nombre de la imagen de una mujer desnuda o semidesnuda. ¿Sos lo que se ve en la tele, en las publicidades?

No, para nada. Yo pensé que nunca en mi vida me iba a poner en bolas (sic), porque realmente soy muy vergonzosa. Pero una cosa es tu intimidad y otra el profesionalismo. Te cuento una anécdota. Hace unos días, Facundo, mi soñador de ‘Bailando’, me fue a ver al teatro y luego a un boliche. Después vino y me dijo: “¡sos dos mujeres en una!”. En definitiva, una cosa es lo que vendo y otra es mi intimidad.

Cuando completás una ficha de datos personales, ¿Qué escribís en ‘profesión’?

Antes que nada yo me considero actriz. Creo que si tuviera que hacer siempre de linda, me aburriría y me sentiría muy estúpida. Además no te olvides que con el tiempo todo empieza a caerse…

¿Cómo sos en casa?

Soy lo más normal que existe. Como para mi trabajo tengo que producirme tanto, cuando llego a mi casa me voy para el otro extremo. Ando en patas todo el tiempo. No me arreglo el cabello, no me maquillo. Me gusta hacer las compras a mí. Además amo limpiar mi casa y jugar al Play Station con mi hijo.

¿Cómo te ves en el futuro?

Siempre estoy pensando en el futuro, soy una leonina que no para. Tengo mucho de productora. Por ejemplo, mis shows y las campañas publicitarias que hago, generalmente están producidas por mí. Creo que en el futuro, voy a tener una productora muy brava. Todo el mundo va a querer trabajar conmigo.

Mi pregunta en realidad iba más allá, me quise referir a la vejez. Ahora, como periodista, mi deber era repreguntar. Reformulada la misma, la rubia, meditabunda, optó por una confidencia trágica, que me dejó pensando.

Voy a confesarte algo que tengo desde muy chiquita con respecto a mi vejez. Siento que me voy a morir joven. No es un rechazo a la vejez. Simplemente no logro imaginarme vieja.

Pasaron 30 minutos de las 12 del mediodía. Nazarena Vélez abrazó su bolso, tomó las llaves del auto y en cinco minutos se esfumó.

El combo de Tinelli

Te atrapó Bailando por un sueño, ¿no?

-Sí, estoy copada con el hecho de ayudar a alguien. Además, muy pocas veces en esta carrera te sucede esto de poder laburar en un programa tan exitoso, que te paguen muy bien, que te sirva a nivel exposición y encima que puedas ayudar a una persona. Me parece que es un combo más que interesante.

¿Cuál es la persona del ambiente que más admirás?

-Gerardo Sofovich. Tiene todo eso que yo quiero tener para ser productora. Te respeta, te cuida. Lo adoro, lo amo con toda mi alma. Es un caballero.

Hospitality Club: viajar y conocer gente

Por Marcos Calligaris

Hospitality Club es el mayor servicio mundial de hospitalidad online. La participación es libre y gratuita y desde su irrumpción en  el año 2000 inauguró una nueva forma  nueva forma de hacer turismo.

“En marzo de este año decidí realizar un viaje de dos semanas por Europa. Entré a la página de Internet de Hospitality Club, elegí los destinos que deseaba conocer, me comuniqué por correo electrónico con personas que nunca había visto, pero que estaban registrados en la misma comunidad que yo y mi viaje terminó siendo de 3 meses, pasando por 9 países, alojándome sin costo en hogares particulares y conociendo más de cerca sus formas de vivir”.

El relato pertenece a Peter Janssen un electricista holandés de 32 años, quien a través del ‘Club de la Hospitalidad’ no sólo pudo alojarse sin tener que abonar precio alguno, sino que además, lo hizo en el hogar de alguien con intereses similares.

De eso se trata Hospitality Club. ‘Los miembros del ‘Club de la Hospitalidad’ en todo el mundo se ayudan los unos a los otros cuando viajan, ya sea facilitando un techo bajo el cual dormir o con una visita guiada por la ciudad’, afirma el portal de la comunidad, al mismo tiempo que agrega: “Nuestro objetivo es acercar a la gente – anfitriones e invitados, viajeros y nativos”.

Pero no sólo para viajeros es útil este lugar de encuentro. “Lo de Hospitality Club consiste en muchas cosas dependiendo de como vos lo planees, ya sea para viajar, aprender sobre diferentes culturas o simplemente hacer amistades’. confía Peter.

Una comunidad que crece

La comunidad cuenta actualmente con una población cercana a 300.000 personas en todo el mundo, que están dispuestas a ofrecer alojamiento, una cena, una visita guiada, o simplemente recomendaciones.

Esta tendencia basada en la hospitalidad, la confianza y la reciprocidad, también tiene su desarrollo en nuestro país, donde el número de personas registradas supera las 4200.

Para unirse a HC, el interesado sólo debe completar una ficha online con datos personales –similar al de una cuenta de correo- y en pocos días, recibe su autorización que lo ensambla como miembro de la comunidad.

Una vez que ha sido aceptado –HC no persigue fin de lucro, por lo tanto es sostenida por voluntarios -, los  miembros pueden mirar las características de otros usuarios e iniciar contactos.

En vos confío

Una de las características básicas sobre las que se asienta este sistema es la confianza. Y para poder confiar en la persona que se va a visitar o que se va a recibir, es fundamental contar con referencias. Para ese fin, el sitio cuenta con una sección donde los miembros, que se han conocido a través del mismo dejan comentarios, experiencias y consejos para ser tenidos en cuenta por los demás usuarios como referencia.

‘He tenido la posibilidad de recibir a 3 personas de diferentes nacionalidades y en distintas ocasiones’, cuenta Mario, un Ingeniero cordobés miembro desde julio de 2006, y agrega que ‘en todos los casos, antes de aceptar la visita, me aseguré de que posean buenos comentarios y referencias. Si no, no corro el riesgo’, finaliza.

Para Jennifer Right, estudiante de leyes inglesa que se aloja en un hogar mendocino, pertenecer a esta comunidad no significa inexorablemente tener que brindar alojamiento. ‘Cuando empezás a formar parte de Hospitality Club, no estás comprometido absolutamente a nada, sólo te comprometés a ser contactable a través de la web por los demás miembros, pero si no querés, no das tus datos. Así, depende de cada uno el hecho de aceptar ser anfitrión, servir de guía, quedar para tomar algo…o nada de nada”, concluye.

Nuevos horizontes para el turismo en la era de las tecnologías

Hospitality Club fue fundado en el año 2000 por Veit y Kjell Kühne, con el propósito de establecer una organización de intercambio hospitalario a través de Internet, pero seguramente, en aquel entonces ignoraban que los años convertirían ese proyecto en la más grande organización mundial en su tipo.

Probablemente también ignoraban los nuevos rumbos que HC va tomando día tras día. En distintos lugares del mundo, los miembros de cada ciudad han comenzado a reunirse para realizar actividades culturales, cenar en grupo, o simplemente para intercambiar experiencias de la vida cotidiana.

En épocas en que la confianza no es moneda corriente, la tecnología de las comunicaciones puede mostrar su mejor cara, permitiendo establecer vínculos entre la sociedad.

Al menos así lo cree un grupo de personas de todo el mundo, que como lo expresan en su mensaje de bienvenida, están convencidos de que “poniendo en contacto a los viajeros con personas del lugar que visitan y dándoles a estos últimos la oportunidad de conocer personas de otras culturas, podemos hacer de este mundo un lugar mejor para vivir”.

Vínculo:

www.hospitalityclub.org

Contacto en Córdoba:

hccscordoba@yahoo.com

Otra comunidad: www.couchsurfing.com

Midachi, tres historias que contar

Por Marcos Calligaris

Midachi es más que un trío humorístico. Con más de 23 años de trayectoria, Miguel, El Chino y Dady se complementan para seguir alimentando la fórmula del éxito.

La historia de Midachi comenzó en 1983 en una peña santafesina. “Los Comiserios” era el nombre del dúo original que conformaban El Chino Volpato y Miguel del Sel. Más tarde se acopló Dady Brieva, un tipo que hacia monólogos.

No la tuvieron fácil al principio. La hicieron desde abajo y cuando se dieron cuenta, ya estaban dando vueltas por América Latina –‘fue desastroso’, recuerda Dady- y actuando en Mar del Plata y Villa Carlos Paz.

El año 1988 fue importante para ellos. A la gran Buenos Aires le habían caído simpáticos.

A partir de allí llegaron consagraciones, separaciones; cine para uno; disco de salsa y merengue para el otro; programas televisivos propios; dirección teatral; protagónicos en novelas. En una palabra, las hicieron todas.

Hoy el destino los volvió a unir como trío. Algunas arrugas no se borran fácilmente con maquillaje, pero el talento está intacto.

En realidad ahora tampoco son sólo tres, más de 60 personas conforman el staff de los Midachi, que vuelven a encontrarse con su público allí donde el encanto los congregó por primera vez, en las tablas del teatro.

En la previa de una función, Revista Yas! los reunió en una entrevista sin desperdicio.

Miguel Del Sel

El atrevimiento

Miguel Torres del Sel es un petiso atrevido. Amante de la familia, de su Santa Fe natal que nunca abandonó, e hincha perro de Unión, este ex profesor de gimnasia le pone la cuota de osadía al trío.

Padre de tres hijas, Miguel asegura que nunca se hubiera imaginado este presente cuando todo empezó. Y tiene motivos para estar sorprendido. Su éxito trascendió las tablas y en la actualidad es una figura televisiva de primer nivel, condujo su propio programa, hizo cine, grabó tres discos de Salsa…lo que se dice, todo un artista.

¿Qué balance hacés hoy de tu carrera?

Todo es sensacional. Uno no se imagina que en la vida pueden pasar tantas cosas, calculá que el Chino y yo somos profesores de Educación Física…

¿A qué otras te dedicaste?

Fui empleado del Banco Nación en Esperanza (Santa Fe); luego fui empleado de Agua y Energía Eléctrica, donde primero fui peón, hasta llegar a Oficina de personal y Contaduría. Además estudié dos años para Contador y dejé, también estudié un año de traductorado de inglés.

Personalmente fuiste protagonista de muchos éxitos paralelos a Midachi. ¿En qué te falta incursionar?

Como grupo, creo que nos falta hacer una película para terminar nuestra carrera. Un grupo humorístico como nosotros, con nuestra trayectoria pero en Estados Unidos u otro país, ya habría hecho varias películas de humor. En Argentina, que es un país difícil, todavía no se nos ha dado. Personalmente no puedo pedir más.

¿Qué hay detrás de la elección de seguir viviendo en Santa Fe a pesar de tu éxito en la capital?

Cada uno toma su decisión en la vida. Con mi mujer decidimos quedarnos en Santa Fe porque allí están nuestras familias, ella tiene dos locales de ropa para niños, está mi equipo de fútbol, Unión, la pesca, el campo, el colegio de mis nenas, sus amigas, etc. Cambiar todo eso significa mucho despelote. Aparte ir a Buenos Aires es sinónimo de peligro, toda una nueva adaptación a una ciudad gigante donde todo te lleva mucho tiempo y yo a todo ese tiempo lo gano corriendo por la costanera o haciendo un fútbol 5 con mis amigos.

Pasaron 23 años y la gente se sigue riendo de la misma manera con ustedes, sin embargo la realidad del país ha cambiado mucho desde entonces. ¿Cuál es la fórmula del humor?

Nosotros nos renovamos permanentemente. Nuestra formula es como la de esos técnicos de fútbol que están 4-3-3 ó el 3-5-2 desde hace muchos años. Quiero decir, cada uno tiene su fórmula. Cada humorista encontró su lugarcito y a ese lugar tenés que tratar de perfeccionarlo, de renovarte y finalmente, creo que uno se termina ganando al público por el esfuerzo, por los huevos y el corazón que le pone a este oficio.

Al revisar su carrera caemos en la cuenta que Miguel Del Sel en realidad no necesita disfrazarse, es todo un personaje.

Dady Brieva

El talento

Dady Brieva es sin dudas un talentoso, el perspicaz del trío. Cuando era Rubencito Enrique Brieva, este santafesino nacido un 5 de marzo de 1957 , vivió en un humilde barrio llamado María Selva. Sus padres, más realistas que conservadores, no querían que este jovencito de pera pronunciada se dedique a la actuación. Para un padre comisario como el suyo, la actuación era “cosa de maricones”.

Hincha fanático de Colón de Santa Fe, Dady fue el último en unirse al trío y en poco tiempo, a fuerza de monólogos, se convertiría en una pieza fundamental del grupo. Pero antes del Olimpo de la fama argentina, Dady, al igual que sus compañeros había tenido una vida normal, era un empleado más de la administración pública.

Midachi fue un éxito rotundo, es sabido, pero Brieva nunca se conformó sólo con su papel en el trío, “me divierte mucho laburar”, asegura. Y su palmarés lo avala: fue director, guionista y actor del film ‘Pedile a San Antonio’, conductor del consagrado ciclo ‘Agrandadytos’, protagonista de exitosas novelas como ‘Gasoleros’, ‘El sodero de mi vida’ y ‘Los secretos de papá’.

Los Midachi están nuevamente juntos y Dady evidentemente tiene mucho para contar.

¿Cómo definirías tu trayectoria en Midachi?

Siempre me preocupé por laburar en esto y tuve la suerte de tener a este grupo. Después le dimos para adelante pensando en tener éxito.

¿Actor de teatro, de novelas, director de cine, conductor televisivo… ¿Qué rol te gustó más?

En todos disfruté mucho. Son como varias novias y cada una tiene cosas lindas, así que siempre la pasé muy bien.

¿Qué es lo que más disfrutás durante el show de Midachi?

El monólogo, sin dudas, hablar con la gente. Luego también hay una parte del espectáculo en la que Miguel hace “La Tota” y yo me cago de risa.

¿Los Midachi son amigos o compañeros de trabajo?

Nosotros nos juntamos para trabajar. Hace mucho que estamos juntos, hemos compartido más entre nosotros que con nuestras familias y nos llevamos muy bien, pero la gente por ahí tiene la fantasía de que estamos todo el día juntos. A veces me pasan cosas insólitas. Una vez estaba en Punta del Este un 23 de diciembre y me preguntaron ‘¿Y el Chino?’. Yo le respondí ‘estará en su casa’…

Contame una anécdota que siempre recuerdes del grupo.

Hubo muchas. Recuerdo una vez que suspendimos una función en Villa Dolores por falta de público. Después en Comodoro Rivadavia, nos cagaron con la plata y nos tuvimos que volver.

¿Estás cansado de dar notas y ser un centro de atracción?

No, porque me lo tomo como parte de un trabajo que recién termina cuando llego a casa.

¿Tenés algún proyecto pendiente?

Me gustaría hacer radio. Me atrae la idea de levantarle el ánimo a la gente por la mañana. Lo lindo es que hoy por hoy puedo darme el gusto de elegir el laburo que más me gusta.

En definitiva, Dady no tiene techo artístico y en cualquier momento puede sorprender nuevamente con alguna de sus locas creaciones.

Chino Volpato

El perfil bajo

No es el más gracioso ni el más ocurrente, pero la presencia del Chino Volpato completa a un trío que sin él, no sería lo mismo.
“Se dice que de los Beatles los más talentosos eran Paul McCartney y John Lennon; que George Harrison tocaba más o menos la guitarra, y que Ringo era un croto. Pero no me imagino a los Beatles con otro baterista que no fuera Ringo”, dispara Dady Brieva y continua con otra semblanza: ‘En el fútbol los que salen en la tapa del Gráfico son los que hacen goles, pero los que juegan para el equipo, los sacrificados, nunca son tan reconocidos’. La comparación tiene un sólo blanco, El Chino Volpato, ‘el tercer Midachi’, el hombre del que no se conoce tanto.

Miguel del Sel se prende en la conversación y dispara: ‘El chino hace el contrapunto, hace del otro extremo, algo que en el humor siempre tiene que estar: el gordo y el flaco; el serio y el gracioso; el petiso y el alto. En este caso somos dos tarados y él es el serio’.
Y los elogios para quien se encarga de la dirección de los espectáculos de Midachi, no se limitan sólo a lo artístico. Para Del Sel, el Chino ‘es un ser humano espectacular, y Dady recalca sus cualidades de “gringo piamontés, laborioso, cerebral, duro y fuerte”.

 

El profe Volpato

Pero vamos desde un principio. O mejor dicho desde el momento en que hay que tomar una decisión importante en la vida.
Darío “el Chino” Volpato era estudiante de Educación Física y la cosa pintaba enserio. Si hasta la Universidad Católica de Santa Fe había tomado la decisión de confiarle la dirección técnica de su equipo de básquet. (Volpato siempre recuerda que tras llevar a sus dirigidos a obtener casi milagrosamente un torneo, luego ‘aparecieron dos o tres equipos que querían que los dirigiera’)>

Mientras tanto, los Midachi ya andaban haciendo de las suyas por ahí y el Chino se la jugó. ¿Continuó dando clases? No, se fue con los otros dos atorrantes. “Mi familia me decía ‘Chino, te estuvimos bancando cuatro años para que estudies’. Pero la decisión ya estaba tomada. Volpato se había dedicado a lo artístico, algo que ya había saboreado a los 12 años cuando formaba parte del grupo de folclore ‘Los Litoraleños’.

Sumado posteriormente Dady al grupo humorístico, comenzaron una carrera vertiginosa que los catapultó a la fama en muy poco tiempo.

Y el Chino siempre mantuvo un perfil bajo. ¿Perfil bajo en el humor?, se preguntaran muchos.

Bueno, mejor digamos, ‘se convirtió en el contrapunto del grupo humorístico más importante de las últimas dos décadas en nuestro país’.

Y valga la analogía con los Beatles. No me imagino a los Midachi sin Volpato.

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