Por Marcos Calligaris
José María Listorti integra desde los primeros días el staff de Marcelo Tinelli, pero ha sido el presente año el de su gran proyección. A su protagonismo como conductor de dos exitosos programas como ‘Este es el Show’ y ‘El casting de la Tele’ hay que sumarle su rol indiscutido en los sketches más picantes del conmemorativo ShowMatch de los veinte años. Como si fuera poco, el mandamás de Ideas del Sur lo desafió a reemplazarlo en el frágil ‘Bailando Kids’. José María tomó la posta y aprobó el examen, una experiencia que lo llenó de orgullo y que paralelamente encendió la mecha de la discusión sobre la sucesión artística de Marcelo Tinelli. “Creo que no hay un sucesor de nadie, todos somos únicos”, se defiende rápidamente Listorti, quizás a modo de sacarse la presión, pero él sabe que es uno de los mimados del número uno de la televisión argentina.
Mientras está en boca de todos y se prepara para ser papá en noviembre, José María Listorti no olvida sus comienzos como movilero del programa radial de Mario Pergolini y mucho menos puede dejar de recordar cuando de chico se pasaba horas frente al televisor mirando a su gran ídolo, Carlitos Balá. “Hace unos días –recuerda emocionado hasta las lagrimas- me llamó Balá y me dijo que de los humoristas actuales, yo soy el que más lo hago reír. ¿Sabés lo que significa para mí que mi propio ídolo me llame para decirme eso? Fue muy fuerte, me temblaban las piernas”, reconoce con la voz temblorosa.
José María vive un momento de omnipresencia en la televisión, pero no quiere marearse. “La cantidad de horas de aire no son proporcionales a la cantidad de talento que tengas”, analiza. Y en cuanto al futuro, sueña con hacer cine y ficción. “Sé que se va a dar”, arriesga.
¿Cómo fue tu llegada a los medios?
A mí de chico me gustaba mucho la televisión. Era y sigo siendo fanático de Carlitos Balá. Intenté siempre meterme y me costaba mucho. A los diecisiete años ya pasilleaba por los canales para ver si podía conseguir algo. Así fue como decidí estudiar locución y ahí me hice amigo de Freddy (Villarreal), que justo había enganchado para trabajar en radio. Freddy me llevó a la Rock & Pop, donde hacíamos los móviles para Mario Pergolini. Fue entonces en el año 93’ que la conocí a Marcela Feudale, quien me dijo que había un casting para VideoMatch. Mandé un video, me llamaron, me hicieron una prueba y acá estoy.
Resulta llamativo que hayas comenzado tu carrera en el programa que sería el más exitoso de los últimos 20 años…
Si, pensar que mucha gente se muere por trabajar con Tinelli, nosotros empezamos ahí. Y eso a la vez te genera una pregunta, ¿a dónde te vas después de trabajar con Tinelli?
En algún momento te alejaste de Tinelli, ¿a qué se debió esa decisión?
Cuando me fui de VideoMatch opté por nuevos caminos, sabía que iba a algo inferior. Para mí fue una responsabilidad muy grande, tardé cómo dos años en irme, porque cuando lograba decidirlo me decían, ‘quedate un año más que la vamos a romper’… Y llegó un momento en que dije basta, tomé la difícil decisión de irme para crecer. En ese momento me iba de Telefe, canal número uno de la televisión argentina; me iba del programa número uno, que era ShowMatch y me iba de la productora más grande, que es Ideas del Sur.
¿Qué conclusiones sacaste al ver la televisión desde la otra vereda?
Me di cuenta que es muy difícil hacer un programa de humor, de televisión, fuera de Ideas del Sur. Ellos la tienen muy clara, si necesitás llevar un avión desarmado a Colonia lo tenés, en otro canal quizás necesitás un gorro para hacer de diariero y no lo encuentran.
En ShowMatch trabajé once años y fueron once años en los que he conocido mucha gente. Es un elenco muy grande en el que nos hicimos amigos, vamos a comer, conocemos el crecimiento de los hijos, los casamientos, las separaciones. Y no sólo con la gente de artística, sino también con los de producción, los de técnica.
Trabajar en otro canal fue muy desequilibrante para mí, no conocía a nadie, sufrí muchísimo la adaptación. Quizás no se notó al aire, pero lo sufrí.
Un tipo caseroLuego de las luces, los flashes, del gran mundo del espectáculo, José María disfruta mucho de la vida en casa. De novio con Mónica González, esperan su primer hijo para noviembre.
¿Qué hacés cuando llegás a tu casa y ya no tenés ninguna obligación?
Hago de todo, me encanta jugar al PlayStation, estar en la computadora, me gusta ver series -ahora estoy con la cuarta temporada de ‘Prison Break’ y me vi todo ‘Lost’-, voy al cine y al teatro con mi mujer, aunque como ella está embarazada de siete meses, con el tema de la Gripe A estuvimos un poco aislados. Soy un tipo muy hogareño, me gusta estar en mi casa tomando un mate, un café.
En noviembre llega un nuevo Listorti…
Sí, Franco Listorti. Si Dios quiere va a nacer a principios de noviembre, ayer pudimos verle la cara.
¿Tenés planeado algún cambio de rutina para esta nueva etapa?
No, a eso me lo va a ir marcando Franco. No sé si va a dormir mucho o poco, si cuando se despierte se va a levantar mi mujer, o los dos. Supongo que al principio nos levantaremos los dos, pero como yo no tengo teta, le tocará a ella…
¿Mantenés las amistades del barrio, de la infancia?
Sí, todos los jueves nos juntamos a comer. Me los sigo encontrando en el barrio, en los cumpleaños, nos vemos muchísimo. Siento que en ese sentido mi vida no cambió nada y eso está bueno.
Listorti conducciónDesde la conducción de ‘Este es el show’ y ‘El Casting de la tele’ José María viene pidiendo pista desde hace unos años. Este año se probó la ropa de Marcelo Tinelli y demostró que tiene pasta para manejar un programa top como ShowMatch. ¿Estás definitivamente lanzándote a la carrera de conductor?
A mí me gusta hacer de todo. Hice teatro con Moria Casán y Nito Artaza y me gustó. En televisión me gusta poder hacer un musical, conducir, hacer un sketch, ponerme una máscara para hacer a (Julio) Cobos. Trato de no limitarme. Hay gente que dice “yo a esto no lo hago…” pero a mí me gusta hacer de todo, porque sé que todo me sirve. A la revista le pongo un poco de conducción y a la conducción le pongo un poco de revista, y así. También hago radio, porque soy locutor nacional y me queda pendiente hacer ficción o cine.
¿Bailando kids, fue -como muchos sostienen- un fracaso?
No. Un fracaso no, porque cuando Marcelo decidió no conducirlo más, estaba haciendo 20 puntos de rating, y hoy día eso es lo que está midiendo ShowMatch. En la televisión argentina muy pocos programas hacen 20 puntos, si eso es un fracaso…
Pero no podés negar que Tinelli necesita más que 20 puntos de rating…
No pasa por ahí. Pasa también porque los viernes hay menos encendido. El tema de los Kids le quitaba mucho tiempo, entonces Marcelo dijo ‘vamos a descansar un poco’, porque se venía un año complicado, con la separación y está viajando mucho. Aprovechó para estar más con su familia y atendiendo asuntos personales como San Lorenzo. En definitiva, buscó más tiempo para él.
A vos te tocó por un lado ponerte al frente de un programa con la suerte echada, y por otro reemplazar nada menos que a Marcelo Tinelli…
Para mí fue la gran noticia de mi vida. Primero iba a ser por una semana porque él tenía que viajar y después ya me quedé porque le gustó cómo lo había hecho. Yo ya lo había reemplazado para el nacimiento de su hija, me había encantado aunque estaba más nervioso porque me habían avisando una hora antes de salir al aire. Yo tenía veintipico de años y menos experiencia.
Esta vez fue espectacular, que el número uno de la televisión argentina piense en mí para remplazarlo es algo que no me lo saco de la cabeza y en cada nota que hago se lo agradezco. Estás jugando con el ocho de espadas. Es el aval del tipo que te está diciendo ‘sos vos, dale hacelo vos’. Después en los números ya no me puedo meter, sé que a mi trabajo lo hice bien, pero si el programa no ha pegado como era la intención, no depende de mí.
De los programas que estás realizando, ¿cuál disfrutás más?
Disfruto de todo, pero me gusta mucho hacer ‘Este es el Show’, porque va en vivo, porque tengo que interactuar con la gente, porque tiene mucho humor y la conducción es mucho más desacartonada, porque van invitados, famosos. También es medio cansador porque son tres horas en vivo, pero me divierte mucho hacerlo.
Por otro lado ‘El casting de la tele’ es muy divertido verlo, pero como conductor, mi participación es mucho más pasiva.
“Si Kirchner iba al programa, la historia hubiera sido otra”En un año de elecciones legislativas el programa de Marcelo Tinelli volvió a tener un rol protagónico en el mapa político, quizás mayor al de 2001, cuando muchos vieron en la ridiculización del ex presidente Fernando De la Rúa, una de las claves de la caída del gobierno aliancista. ¿Puede un programa humorístico definir parte de la vida política de los argentinos?
¿Tuviste algún tipo de presión, aliento o sugerencia por parte de Julio Cobos al imitarlo?
No, nada de nada. Ni al principio para decirme que baje, ni después para felicitarme porque llegué a la final.
Cobos parecía el más débil y al final salió favorecido…
¿Viste? Todos decían: ‘eh, lo estás matando’ y al final salió favorecido. Yo dije que como era el más débil en la casa, iba a salir más beneficiado afuera, porque la gente se pone del lado del más débil.
¿Creés que Cobos lo supo leer de esa manera y por eso no se entrometió en el programa?
No. Desconozco la base política que tenía él en Mendoza, pero me parece que si es un político enserio, la cuestión política tiene que sobrepasar lo humorístico.
¿Cómo ves que algunos políticos hayan tomado partido asistiendo personalmente a Gran Cuñado y otros no?
Cobos tenía la ventaja de que no era candidato personalmente. Me parece que el error lo tuvo Néstor Kirchner en no haber ido. Creo que si Néstor iba al programa, la historia hubiera sido otra.
¿Te parece que esa actitud de Kirchner fue decisiva para la elección? Estaríamos hablando de que un programa humorístico tuvo un rol determinante en la vida política argentina…
Me parece que sí, lamentablemente. Creo que un programa de televisión no tendría que determinar que gane o que pierda un político. Pero De Narváez se hizo conocido en lo de Tinelli, lo demuestran las encuestas. Le preguntaban a la gente de dónde lo conocían a De Narváez y respondían de Gran Cuñado. Es muy fuerte, pero Gran Cuñado medía 30 puntos de rating y un programa de política 2 ó 3 puntos.
Tu estilo de conducción luce tinellizado, ¿lo considerás así?
Sí, es verdad y por eso él me pone ahí. Siempre digo que cuando tenés que conducir un programa de tantos años, no le podés romper el código de un día para el otro. Si un participante saca un diez, yo no puedo decir ‘qué bueno, tiene un diez’, tengo que hacer lo mismo que hace Marcelo: ‘dieeeeeeezzz’, así con el tono hacia arriba.
Pero al mismo tiempo uno no podía abstraerse de que el conductor era José María…
Sí, me lo han dicho muchos e incluso lo he podido observar en videos. Tenía un estilo muy tinellizado y a la vez también estaba mi conducción. Pero no te olvidés que hasta tenía que vestirme igual, no podía salir con un jean, me dio hasta su ropa. Eso más toda la escenografía, el logo atrás y las bailarinas, inevitablemente iba a ser parecido.
No tenés ningún drama de pasar de desnudarte en un sketch a conducir un programa formal…
Es que eso es lo que te suma como artista. Todo es un aprendizaje. Yo tengo una listita en la que voy tachando: a esto ya lo hice, a esto también… y eso me hace crecer.
¿Qué tenés pendiente sin tachar en esa lista?
Me gustaría hacer cine y ficción aunque no por ahora, estoy muy cómodo con lo que estoy haciendo. El día de mañana me encantaría hacer una tira de Pol-ka, algo así.
¿Te ves haciendo un papel serio?
Sí. No te digo algo como ‘Mujeres Asesinas’, pero podría hacer algún papel de ‘Valientes’, por ejemplo. Me gustaría y sé que algún día se me va a dar. Mientras tanto me gusta adquirir experiencias para luego plasmarlas en otras actividades. Yo en cada cosa que hago pongo inconscientemente todo lo que aprendí. Tengo recién 17 años de carrera y me encanta poder zafar de situaciones gracias a momentos que viví. Me pasó, por ejemplo, que algún compañero se quedó sin letra y haber podido arreglarlo gracias a la experiencia, o en una cámara oculta saber cómo actuar si una persona reacciona mal.
¿Este es tu año con más horas de aire?
Sí, pero no me fijo en eso. Hoy se da así pero quizás el día de mañana podría tener un programa semanal, y me encantaría. La cantidad de horas de aire no son proporcionales a la cantidad de talento que tengas, eso no suma. Vos podés hacer un programa como Susana Giménez, que está tres horas semanales y es un muy buen producto. Ahora me toca estar más tiempo y quizás dentro de dos meses no, es parte de esta profesión.
Pero no podés negar que tenés un rol mucho más protagónico que otros años…
Sí, pero el tema del protagonismo también trato de manejarlo. Yo no hago la recorrida por todos los programas de chimento porque trato de no cansar. Me han invitado Lucho Avilés, Canosa y trato de no ir, para no estar todo el tiempo en la pantalla. Con las entrevistas sucede lo mismo, trato de dosificar, porque si no de repente se vuelve una invasión. De decir ‘mirá qué bueno este pibe’, a ‘ya me cansó este pibe’, hay una línea muy delgada.
¿Cómo fue reencontrarte este año con tanta gente que la que habías trabajado?
El reencuentro por los 20 años de VideoMatch fue muy lindo. Ese primer viaje a Colonia, donde nos encontramos todos fue genial, o haber ido a España con Pablo y Pachu a grabar notas fue increíble. Pensaba: “¿qué estoy haciendo acá de nuevo, cómo puede ser que la vida me haya dado una segunda oportunidad?”. Volverlo a vivir está siendo maravilloso.
¿Cómo es tu relación con Marcelo Tinelli?
Hay una distancia que la marco yo porque no quiero molestarlo. Yo no lo jodo para nada porque sé que tiene muchas cosas en la cabeza. Lo llamo muy poco por teléfono y las veces que me ha llamado él fue para darme consejos de la conducción. Cuando lo llamo es para saludarlo por el cumpleaños o para algo muy importante. Igualmente es una gran relación, hace muchos años que nos conocemos, tenemos muy buena onda y miles de anécdotas.
¿Tenés amigos en el ambiente artístico?
Sí, tengo muchos, pero te doy un ejemplo de lo que sucede, con Diego Pérez tengo una afinidad terrible porque hacíamos ‘El Insoportable’, viajábamos por el mundo, dormíamos en la misma habitación, nos íbamos de vacaciones juntos y tenemos miles de anécdotas. Pero ahora él trabaja con Maru Botana y ya no nos vemos más porque no nos coinciden los horarios. La amistad la tenés, pero muchas veces el trabajo te hace separar.
¿Te incomoda que te planteen como el sucesor de Tinelli?
No me molesta. Pero siempre tratamos de buscar un sucesor y creo que no hay un sucesor de nadie, todos somos únicos. Messi es un fenómeno, pero si lo comparan con Maradona es un cuatro de copa. En humor pasa lo mismo, Francella es un genio, el que más me gusta hoy, pero si lo comparás con Olmedo, pierde. Acá va a pasar lo mismo, Tinelli es un fenómeno y el que venga abajo va a perder siempre. Además mi carrera no va para ese lado, yo no quiero ser Marcelo Tinelli. Porque no tengo su temperamento, porque no estoy en la situación social en la que él se hizo famoso en la década del noventa y en la que también creció como empresario.
¿Como empresario no te ves?
Me gusta estar en la televisión, hacer humor, teatro y radio, pero de ahí a tener una radio propia o una productora como Ideas del Sur, ni loco. No me interesa tener la presión y la responsabilidad que tiene Tinelli. Marcelo, más que una persona de Medios es un empresario y es muy difícil ser empresario en este país, tenés que estar las 24 horas trabajando.
¿Es particularmente duro para un actor quedarse sin propuestas laborales?
Es tremendo. A mí me pasó hace unos años, que me fui dos meses de vacaciones y cuando volví en febrero, no tenía nada firmado hasta que pude volver a trabajar en mayo. Fueron unos meses en los que no sabía qué hacer. Es un laburo muy injusto en ese sentido, un día comés caviar y al otro podés estar comiendo arroz. Y es mucha más la gente que le va mal que a la que le va bien. Hay miles de actores y conductores sin trabajo. Pero de todo se aprende, ahora ya sé que el día de mañana ya tengo otras quintitas y trato de buscar otras cosas.
¿Tenés planes para fin de año?
No, voy a descansar. En noviembre es el nacimiento de mi hijo y quiero disfrutarlo. Para año que viene estamos viendo si hacemos otro año de ‘Este es el show’ y vamos a ver si buscamos un formato que reemplace ‘El casting de la tele’.
Con humildad al actuar y con simpleza a la hora de pensar en grande José María planea ganarse un lugar entre los peces gordos de la televisión argentina. El tiempo y el talento están de su lado para intentarlo.